viernes, 28 de noviembre de 2025

José Velarde en el programa de feria de 2008

 Datos de interés sobre la imagen de Nuestra Señora de las Virtudes

        Se trata de un gracioso grupo escultórico de la Virgen con el niño, de apenas unos treinta centímetros de altura, que data de finales del siglo XIII. La virgen aparece en actitud levemente mayestática con aire de empaque risueño, tan característico del periodo gótico. Sostiene al Niño en su brazo izquierdo y este, apoyado en la Madre ensaya una bendición con su mano derecha.

Su origen puede ser aragonés y quizás traída de Italia, lo que evidencia una airosa lazada tallada sobre loa cabellos cuyos extremos caen hacia atrás.

Tradicionalmente se ha tenido en Conil como objeto de una donación de la casa de Medina Sidonia, Señores de la Villa, cuando ese lugar era frontera del Reino de Castilla.

Se quiere incluir esta imagen entre las denominadas de arzón o batalladora, todo ello dentro de lo legendario.

De todos modos  hay testimonio de haber estado ubicada en el siglo XVI o XVII, en el convento de los Mínimos y ser objeto de donación de los Duques. Un testimonio devocional del Prelado gaditano de la segunda mitad del siglo XVIII, Fr. Tomás del Valle, nos refiere como celebró la festividad de la Virgen en una de sus estancias en la Villa, donando valiosas joyas a esa imagen.

Estructura de la imagen

Esta imagen enhiesta fue realizada para su contemplación frontal pues tiene mas pormenorizada su talla en el adverso que por detrás, sobre todo desde la zona escapular hasta los pies. Podemos asegurar que ha llegado hasta nuestros días gracias al recubrimiento integro de que constaba, un cono de plata en torno a su figura.

Su policromía está compuesta con pigmentos jacinto y azules la zona de vestidura, que es la que mejor se conserva, destacando el interior de los pliegues donde se ha hallado una tonalidad azul ultramar luminoso. En la restauración se renovó el rostro de ambas figuras repintándose los arcos siliares bocas y ojos.

        Siempre que me hallo en la tierra

Hermosa donde nací,
Que aun á los moros aterra,
Alzada frente a la sierra
Del imperio marroquí,

Me suele el sol encontrar,
Cuando declina y desmaya,
Absorto viendo llegar
Á la arena de la playa
Las roncas olas del mar.

Ya sigo la blanca estela
De la bien ceñida nave
Que al dar al viento la vela,
Sobre las espumas vuela
Rozándolas como un ave;

Ya á algún pájaro marino
Que va tras el pez sin tino,
Zambulléndose en las olas,
E imitando con su trino
Dulcisimas barcarolas.

Ávido aún de belleza
Escalo el coronamiento
De una antigua fortaleza,
Que hunde en el mar el cimiento
Y en las nubes la cabeza;

Y á medida que adelanta
Mi ascensión, se me figura
Que la atlántica llanura
Lentamente se levanta
Suspendida de la altura.

Bien me pongo a contemplar
Los árboles de un pinar
Que parecen, inclinados
Ejércitos derrotados
Que van huyendo del mar

Estático de placer
Miro en las aguas caer,
Como en hirviente crisol,
El rojo disco del sol
Que se ensancha al descender,

Y al disiparse sus huellas
De amaranto y de carmín,
Aparecen las estrellas
Temblorosas, blancas, bellas,
Como flores de jazmín.

Llama en esto a la oración
El destemplado esquilón
De la ermita donde mora
La Virgen, dominadora
Del furibundo aquilón,

Y al escuchar el sonido,
El adusto marinero,
Que quizás juraba fiero,
Calla y se quita, vencido,
De la cabeza el sombrero;

Pues no existe en derredor
Marinero ó pescador,
Que al desamarrar la lona,
No le rece con fervor,
Una salve a su patrona;

Virgen santa, que presume
De no usar otra presea
Que de corales no sea,
Ni otro incienso que el perfume
Embriagador de la brea.

Y que por ricos ex-votos
Y por galas en su altar,
Quiere los vestidos rotos
De los náufragos devotos
Á quienes salva del mar.

miércoles, 19 de noviembre de 2025

Juan Capacha y José Velarde


En el declive de un monte,
A la orilla del Atlántico
Y entre cármenes floridos
Se halla la bella Mergablo.

Foto de Juan Capacha en la Delegación del Mayor (Hogar del Pensionista)

lunes, 10 de noviembre de 2025

Conferencia de José Luis Rubio sobre José Velarde

Manolo Iglesia, Jose Luis Rubio y Pepe Gil
Buenas noches.

Las raíces de un pueblo son el pasado que ha forjado el presente y que se proyecta hacia el futuro.

Queremos acercaros y acercarnos al siglo XIX, concretamente a los años de gracia de 1848 a 1892. Por aquellos años Conil era un pequeño pueblecito blanco dedicado a la labor diaria y cansada del campo y de la pesca y posiblemente poco conocido por los españoles. La enseñanza y la cultura estaban al alcance de muy pocos de sus habitantes. Sólo las familias pudientes tenían la posibilidad de enviar a sus hijos a la escuela y a la universidad. El grado de analfabetismo era altísimo. Para el hijo de un campesino o un pescador no quedaba otro camino que el trabajo muy duro y mal pagado. Posiblemente esta clase pudiente conileña recibía de la capital, ciudad de casas luminosas y blancas, llenas de torres con azulejos brillantes, que vigilaban el mar, del que le llegaba, en aquellos años, la riqueza y el poder, los reflejos dorados del romanticismo literario ya en su última fase.

Y aquí, precisamente aquí, el 10 de Diciembre de 1848, Mª Dolores Yusti, esposa del médico de la Villa, Agustín Velarde, dio a luz a un hijo, al que llamaron José, que fue bautizado, según reza en su partida de bautismo, 13 días después en su propia casa por encontrarse en peligro de muerte, por el Vicario y ecónomo Miguel Cifuentes Moreno.

martes, 14 de octubre de 2025

Dedicatoria de Velarde a Fastenrath

En la biblioteca de Fastenrath hay un ejemplar de Meditación ante unas ruinas (1879) de Velarde con una dedicatoria: “Al eminente poeta alemán-español D. Juan Fastenrath mi paisano".

José Velarde

Gracias a Irene Albers por mandarrme esta dedicatoria de Velarde 

lunes, 9 de junio de 2025

Biografía

VELARDE, José

Poeta y prosista. Nació -1848- en Conil (Cádiz). Murió – 1892- en Madrid. Doctor en Medicina. Renunció al ejercicio de su profesión para trasladarse a Madrid, con su entrañable amigo Juan Antonio Cavestany, con ánimo de dedicarse al periodismo y a la literatura. Publicó sus primeros versos y artículos en la Ilustración Española y Americana.
Escribió en el Imparcial, La Iberia diario progresista, El Heraldo de Madrid, La Época diario moderado, La Correspondencia de España diario noticiero…
Concurrió con asiduidad a la célebre “Cacharrería” del Ateneo, donde hizo gran amistad con Zorrilla, Valera, Echegaray, Campoamor, Balart, Grilo y Ruiz Aguilera. Gracias a la protección económica del rey don Alfonso XII, Velarde pudo evitar una existencia bohemia y azarosa.
Velarde fue uno de los poetas más combatidos por la crítica. En 1888 dio a conocer en el Ateneo de Madrid su poema Alegría, del que Melchor de Paláu emitió el juicio siguiente: “Velarde describe con precisión; es un fotógrafo literario, mejor dicho, un daguerrotipista, pues el color está presente en sus obras; Velarde tiene en sus composiciones fragmentos acertadísimos, versos esculturales modelo de corrección y de armonía, brillantez fulgurosa en muchas imágenes, y, lo que es innegable, descripciones exactas que parecen hechas con paleta y pincel. Puede decirse, en fin, que sus obras son superiores al poeta, que la factura predomina la esencia, y lo grafico a lo ético.”
El valor principal de Velarde es, el de ser uno de los precursores del modernismo en España, juntamente con Reina, Ricardo Gil y Fernández-Shaw.
Obras: Poesías- Sevilla, 1872- Nuevas poesías – Sevilla, 1878-, Teodomiro, o la cueva del Cristo- leyenda- Fray Juan-leyenda-, La venganza-leyenda-, El ultimo beso- leyenda-, La niña de Gómez Arias- leyenda-, Voces del alma- poesías, 1884-, Ante un crucifijo-décimas- El año campestre, Alegría....
También fue autor con su amigo Cavestany de una obra de teatro que se estrenó en Madrid con gran éxito y que tituló: Pedro el bastardo
Sus obras se conservan en el ateneo de Madrid, donde ingresó en el año 1879 con el número de socio 4.267 y en su museo de poetas ilustres, junto a los mas grandes de todos los tiempos, cuelga un cuadro de Velarde pintado por Manuel Fernández Carpio.
En la biblioteca Real se conservan los dos tomos de sus obras completas autografiadas con dedicatorias de Velarde: A S. M. la Reina Regente Dña. María Cristina testimonio de respeto y gratitud, el primer volumen y el segundo: A S. A. R. Dña. Isabel de Borbón Infanta de España en testimonio de adhesión

jueves, 1 de mayo de 2025

Teodomiro o la Cueva del Cristo

Conil

DEDICATORIA

A MI PUEBLO


I

¿Que más fortuna
Que nacer español, oír en la cuna
El clamor de la mar alborotada,
Y abrir los ojos a la luz del día
Donde halle la mirada
Un cielo con el sol de Andalucía?

II

Jamás olvido
El modesto lugar donde he nacido:
De trafalgar las olas arrullaron
De mis primeros sueños la honda calma,
Y después despertaron
Rugiendo a las pasiones de mi alma

Tempestades


A mi querido amigo y maestro el insigne poeta
Don Manuel Cañete

I

Como produce estancamiento insano,
Si es duradera, la apacible calma,
Amo la tempestad embravecida,
Que esparce los efluvios de la vida
Al romper en los cielos o en el alma.

II

El rugiente Océano,
Cuando lo azotan roncos vendavales,
Se corona magnífico de espumas,
Cuaja en su seno perlas y corales
Y vida emana levantando brumas.
El pantano sereno,
Traidor oculto bajo verde lama,
Asilo es del reptil y forma el cieno,
Que, impalpable, mortífero veneno
Por la tranquila atmósfera derrama.

Napoleón

c/ Extramuros
Un Español un Francés y el Poeta


ESPAÑOL

Es sanguinario verdugo.

            FRANCÉS
Héroe y gloria de la Francia.

            ESPAÑOL
De ambición monstruo insaciable,
Que de su renombre en aras
Familias, pueblos, naciones
Destruye con furia insana.

            FRANCÉS
Paladín altivo y fiero
De la honra y de la fama
De su nación, que a la Europa
Sujeta bajo su planta.

            ESPAÑOL
Sus huellas, cual las de Atila
Marchitan, secan, devastan;
Un reguero de sepulcros
En la tierra las señala.

La poesía del Hogar

Conil desde el mar

A GRILO 
con motivo del nacimiento de su hija 
Magdalena

I

Con respeto y amor tu hogar contemplo,
Que al encanto dulcísimo del nido
Une la augusta majestad del templo.

En él no atruena el mundanal ruido,
Ni el mefítico ambiente se respira
De este social pantano corrompido.

De tierna madre, que de amor delira
Por el ser de su ser, se escucha el canto,
Dulce como el acorde de tu lira,

La niña de Gómez Arias


A MI QUERIDO AMIGO Y MAESTRO 

DON ANTONIO SÁNCHEZ MOGUEL

¿A dónde irá, caballero
En su yegua jerezana,
Tan de noche y de camino,
El mancebo Gómez Arias?

No a buena parte, le juro,
Cuando el semblante recata,
Recela de quien le mira
Y todo le sobresalta.

Recelo engendra el delito,
Busca sombra la acechanza;
Que la virtud no huye el rostro,
Ni teme conciencia honrada.

La Fe

Convento de la Victoria
Al cantor de la duda 
el eminente poeta 
D. Gaspar Núñez de Arce

I

La musa del dolor llora, suspira,
Toma del niño el tembloroso acento;
Mas no arranca a las cuerdas de la lira
La voz tonante que estremece el viento
Y en tus sublimes cánticos se admira.
Si cantaste la duda consternado,
Del vate la misión dando al olvido,
Es que, más bien que ciego, deslumbrado,
No sordo a la razón, sino aturdido,
El pensamiento tuyo deliraba
Por la fiebre del genio enloquecido.

II

-La fe agoniza, la virtud acaba,
El valor en los pechos languidece,
Se oculta tras el sofisma,
La esperanza al nacer se desvanece
Y Apolo mudo en su dolor se abisma.
Presa de un infernal desasosiego,
Atropellando, en su apetito ciego,
Derecho, libertad y religiones.
Ritos, tronos, altares, leyes, hechos,
Van en vertiginoso torbellino
Rodando aglomerados y deshechos
Al rudo empuje de fatal destino.
Sucede a la razón la ardiente tea
Y en cabañas, y en tronos, y en altares,
Con roja luz vivísima flamea;
Con el ronco bramido de los mares
Todo en profundo abismo se derrumba,
Y es ya la tierra solitaria tumba
Formada por escombros seculares.

Epístola Necrologica

Calle Cádiz
Dirigida al Sr. D. Gonzalo Segovia Yardizone 
con motivode la muerte del 
Sr. José Fernández-Espino

El mismo soplo que apagó su vida,
Encendió la que existe tras la muerte.
¿ A qué llorar, Gonzalo, su partida,

Si despojado ya del polvo inerte,
Que en el mundo al espíritu encadena,
Goza del justo la envidiable suerte;

En tanto que la vida nos condena
De las pasiones al combate rudo,
A trabajo cruel y amarga pena?

El último beso


Carrillo del pozo en c/ Hospital

AL EMINENTE PINTOR SEVILLANO DON JOSÉ VILLEGAS


INTRODUCCIÓN

Cuando el pesar me acongoja,
O la duda me atormenta,
O en mi corazón la envidia
Hiel escupe y le envenena,

En vez de romper en llanto,
En invectivas o en quejas,
Me refugio en mis memorias
O en mis sueños de poeta.

El Trovador

Parra

A MI QUERIDO AMIGO FRANCISCO ALVAREZ Y ARANDA
I
                                         
                            Natura
Arrogante, esbelto, airoso,
Rosado y blanco color,
Los ojos azul de cielo
Y tan vivos como el sol,
La cabellera ondulante
Acariciando el jubón,
Y rubia cual las espigas
Que el seco julio tostó,
Pendiente el hierro del cinto,
En el bonete el airón
Y el laúd tañendo ufano,
Errante va el trovador,
De monasterio en castillo,
Entonando su canción.
Se ignora quien fue su madre;
No se sabe si nació

El Trabajo

Zurciendo redes (Fontanilla)
I

Cuando el fiat de la nada
Salir hizo el Universo,
Y a un soplo de Dios los seres
En la tierra aparecieron,

A la fuerza poderosa
Del instinto obedeciendo,
El águila, al sol mirando,
Salvó las nubes de un vuelo;

Encrespada la melena,
Corrió el león al desierto,
El jabalí a la montaña,
Y la gamuza a los hielos;

El pez surcó el Océano,
Perseguido y persiguiendo;
Púsose astuto el raposo
Bajo el zarzal en acecho;

El poeta a su musa

Calle Ortega y Gasset 1
(Terraza Titus Bar)


Introducción

I

No seas, no, la víbora maldita
Que muerde y deposita
Dentro del corazón letal veneno;
Ni la ebria bacante desgreñada
Que arrastra desbocada
Honor y vestiduras por el cieno.

II

No sirena que llame engañadora
Con cántiga sonora
A las sirtes fatales de la duda;
Ni el pudor virginal mires esquiva,
Para ir provocativa
Buscando torpe meretriz desnuda.

El Otoño

Playa de los Bateles
A mi querido amigo Manuel Benjumeda

I

El otoño es tristeza y agonía;
Todo en él languidece;
El luminar del día
Oblicuos rayos sin calor envía,
Se aparta del zenit y palidece.
En olvidado surco cae la hoja
Que sirvió de pomposa vestidura
Al árbol que de galas se despoja,
Siendo mudo esqueleto en la llanura;
La locuaz golondrina
Aterida de frío,
A más benigno suelo se encamina;
El agua del torrente enturbia el río,
La brisa se hace cierzo, silba y ruge,
El ave calla, se marchita el fruto,
El mar enronquecido sordo muge
Y amenazante aterra;
La nube tiene por el cielo el luto
Y un sudario de nieve por la tierra,
Y en el monte desierto
Oye el pastor temblando la campana
De la ermita lejana
Con fúnebre clamor tocando a muerto.

De como nació El Quijote

José Velarde Yusti
Foto donada por Esther Riobo

AL SR. D. L. MONTOTO

I

Era una prisión oscura,
En bóveda terminada,
Bajo tierra socavada,
A guisa de sepultura;
Lúgubre cual la amargura,
Tan húmeda como el llanto,
Triste como el desencanto,
Como la barbarie fuerte,
Silenciosa cual la muerte
Y horrible como el espanto.

Consejos

Carmen
A Carmen

I

No me taches de necio o presumido
Si me ves, siendo joven, dar consejos;
Que los que sufren como yo he sufrido,
Antes de ser adultos ya son viejos.

Ni menos pienses que al hablar del mundo,
Lastime con sus males tu inocencia;
Pues sé que no hay delito más inmundo
Que manchar de una virgen la conciencia;

Dentro de poco tiempo, convertida
En hermosa mujer, de niña hermosa,
Entrarás en el campo de la vida,
Como el capullo que se trueca en rosa.

Carta Joco-Seria


AL INMINENTE POETA EGREGIO NOVELADOR Y ACADÉMICO PRECLARO
PEDRO ANTONIO DE ALARCÓN

Aranjuez, corriendo el día   
De tu santo y tu patrón,     
Año ochenta y tres del siglo
De las luces y el vapor   

Aunque este romance afrente
A los que al Cid Campeador
Hizo la homérica musa
Del noble pueblo español;

Convencido de que en prosa
Escribiría peor,
En versos y a vuela pluma
Voy a escribirte, Alarcón.

Y por no causarte enfado
Con el obligado << Dios
Te dé cien días cual éste, >>
Haré de fe profesión.

Apuntes de Nochebuena


El Portillo
A mi querido amigo Juan López Valdemoro

EL INVIERNO

I

Tan sólo aquello que entristece ó daña
Con vida y fuerza en el invierno frío,
El ciprés, el abrojo y la cizaña.

Seco está el bosque y el nidal vacío,
La fuente pura convertida en hielo,
Muda la alondra, desbordado el río;

Ante un Crucifijo

Cruz de Moreno
A mi Querido Amigo Julián Fuentes

I

Incienso, luz, armonía
Llevar quiero a tus altares,
¡Oh Dios! Que enfrenas los mares
Y enciendes de un beso el día:
Así, que mi alma te envía
Al altar del firmamento,
Como armonía un acento,
Lleno de santo fervor,
Como perfume el amor,
Como luz, el pensamiento.

II

Cuando ante ti reverente
A orar me postro de hinojos,
Asoma el llanto a mis ojos
Y lo infinito a mi mente:
Y siento sobre mi frente,
Nublada por el desvelo,
Bajar en callado vuelo
El hilo de luz fecundo,
Por donde vienen al mundo
Las bendiciones del cielo.

Epístola Moral


Los Inventores; El primero de la izquierda Diego Gil

Al Sr. D. Gaspar Núñez de Arce

Cuando un pueblo en los vicios se encenaga,
Enviado por Dios, surge el profeta
Que con el rayo y con la peste amaga,

Y la indomable perversión sujeta,
Como al indócil bruto con el freno
La vigorosa mano del atleta;

Que quién lleva los vicios en su seno,
Así como los brutos al castigo,
Sólo teme al relámpago y al trueno.

Tú eres poeta, como yo, y testigo
Del mal que a la virtud mina en su base,
Y no debes llorar; canta conmigo,

Aunque el dolor tu corazón traspase,
Y sea nuestro canto un anatema,
Lluvia de fuego y huracán que arrase,

Ha de ser inmortal nuestro poema;
Que bien se expresa lo que bien se siente,
Y cuando la virtud es nuestro emblema,

A S. A. R. la Infanta Mercedes de Orleáns



A S. A. R. LA INFANTA
DOÑA MERCEDES DE ORLEÁNS
CON MOTIVO DE SU BODA

De esmeraldas, diamantes y rubíes
Te ofrecerán espléndido atavío;
Y yo tan sólo lirios, alelíes,
Purpúreas rosas, campesinas flores
Aun bañadas de gotas de rocío,
Donde la luz se quiebra en más cambiante,
Y vividos colores
Que en ópalos, zafiros y diamantes.

En vez del esmaltado pebetero
Donde arde rica esencia, del romero
Que recogí en el monte y del tomillo
Te traigo un hacecillo,
Que te envuelva al arder en mil cendales
Perfumados y azules;
Que en medio de sus blancas espirales
Parecerás un ángel entre tules.

Y por ser, aunque rica, muy pesada
Corona de oro de diamantes llena,
Traigo, para adornar tu sien nevada,
Una de verde mirto y verbena
Por pastoriles manos fabricada.

miércoles, 30 de abril de 2025

A Murillo


I

    Los dulces tonos con que apunta el día,
Del campo florido los colores,
Los vívidos cambiantes y fulgores
En que quiebra a la luz la pedrería,
Todo cuanto es matiz, destello o brillo,
Hasta el sol de la hermosa Andalucía,
Resplandece en los lienzos de Murillo.
    En ellos interpreta
El humano ó divino sentimiento,
Con la luz, con la fe, con el aliento
Del pintor, del cristiano y del poeta.

A Juan Antonio Cavestany

Extramuros

A MI QUERIDO AMIGO
NIÑO DE QUINCE AÑOS
JUAN ANTONIO CAVESTANY
CON MOTIVO DEL ESTRENO
DE SU MAGNIFICO DRAMA


                                         EL ESCLAVO DE SU CULPA

Ay! ¡con cuánto furor, con cuánta pena
    Miro sobre la escena
Donde vibró de Calderón la estrofa,
Turba vil de procaces histriones
    Con palabras y acciones
De lascivia, de escándalo y de mofa!

No es su burla, la burla que corrige
    Y a los vicios aflige
Ni el delicado juego del idioma;
Es el escarnio, el epigrama obsceno,
    El torpe desenfreno
Que vengaron los bárbaros en Roma.