jueves, 17 de octubre de 2024

Velada para honrar la memoria de José Velarde

En otra sección de este número nos ocupamos de la brillante velada celebrada anoche en el Ateneo para honrar la memoria del insigne y y malogrado poeta don José Velarde, y con tal motivo, hacemos referencia el espléndido donativo que el ilustre marqués de Comillas ha hecho a la familia del inolvidable vate.

El acto realizado por el dignísimo heredero de D. Antonio López, ha merecido los más unánimes elogios, y es una prueba más del interés con que el noble marqués de Comillas atiende a reparar muchos infortunios, siguiendo siempre los nobilísimos impulsos de su corazón.

 La Correspondencia de España : diario universal de noticias: Año XLIII Número 12401 - 1892 marzo 20

viernes, 11 de octubre de 2024

sábado, 5 de octubre de 2024

A Teodoro Guerrero

A Teodoro Guerrero

¿La cuestión del divorcio no te hastía?
Ven a mi hogar, verás como despierta
Tu espíritu apenado a la alegría.

El ángel de la paz guarda la puerta:
No llames a ella, no, que ya la tiene
La vigilancia del amor abierta.

Ella, al abrir, el paso me detiene,
Y de ella en pos, gritando y sonriendo,
La alegre turba de mis hijos viene.

Uno, amigo de escándalo y estruendo
Con una cuerda mi bastón embrida
Y en tan bravo corcel sale corriendo.

Otro emprende a mi cuello la subida
Y me besa con ansia, y palmotea
Después de la victoria conseguida.

Aquél, que ni mi nombre balbucea,
Ni en pie se tiene, de su madre en brazos
Por venirse a los míos forcejea,

Y ella, nudo común de tantos lazos,
Entre todos, benéfica, reparte
Dulces sonrisas, ósculos y abrazos.

Confabulada en silencioso aparte,
¡Ah, no te rías! Me declara guerra
La turba, ardiendo en el furor de Marte,

Y a mis ropas, belígera, se aferra,
Y tal lucha, que al cabo da conmigo
Y con mi grave autoridad en tierra.

¿Cómo, di, de sus brazos me desligo
Si son cadenas para mis flores,
¿Y cómo, recobrándome, les digo

Que cesen en sus risas y clamores,
Si al oírlos, de júbilo desmayo,
Creyéndome que cantan ruiseñores?

Parece que viveza les dio el rayo;
El brote tierno la salud y el brío;
Color la adelfa, que florece en mayo,

Y que su aliento refresco el rocío,
Y endulzaron sus labios los panales,
Y encendió sus miradas el estío.

Cuando, rendidos en batallas tales,
Sus párpados de rosa cierra el sueño,
Y los sume en arrobos celestiales,

Y el ángel de la paz va con empeño
Luces y ecos dejando adormecidos
Con sus alas cargadas de beleño,

Sonámbulo de dicha mis sentidos,
Embriagados quizá, por doquier hallan
Orgías de colores y sonidos,

Aromas vivos que entre sí batallan,
Chispas que incendian rayos que iluminan
Ondas que bullen, pájaros que trinan,
Alas que zumban, ósculos que estallan.

José Velarde

Esta carta, es la parte IV, del poema: Mis Amores, con algunos pequeños cambios.
Fuente; Biblioteca Nacional de España.
Gracias a Rafael Coca, por conseguirme la copia de este magnifico manuscrito.

viernes, 4 de octubre de 2024

sábado, 28 de septiembre de 2024

sábado, 14 de septiembre de 2024

Cuadro de Familia


 CUADRO DE FAMILIA

Al poner en tu hogar el pensamiento
Ó del mío aplacerme en la dulzura
El corazón regenerado siento,

Y en himnos mis clamores de amargura
Se truecan, y mis roncas carcajadas
En ahogados sollozos de ternura.

Las nubes en mi mente condensadas
Y los dolores en mi pecho fijos
Cual hiedras en los muros arraigadas,

¿Qué son ante los puros regocijos
Que me brinda el hogar, donde me espera
La santa madre de mis tiernos hijos?

¡Bien haya la bendita compañera
Que de mi vida, con su fé amorosa,
Perpetúa la alegre primavera,

La musa fiel, la estrella luminosa
Que me guía en mi vuelo á lo infinito.
Más que el sol pura, como el sol hermosa!

¡Bien haya la que llamas en tu escrito
Alegre turba de mis hijos bellos,
Aves y flores de mi hogar bendito!

¡Lucir miro en la madre los destellos
Que le prestan sus hijos, y el tesoro
De las belleza de su madre en ellos!

¿Que soy pobre? ¡Qué importa! ¿Acaso ignora
Que el dorado metal desconocía
La edad dichosa que llamamos de oro?

Si el social espectáculo te hastía,
Ven á mi hogar, verás cómo despierta
Tu espíritu apenado á la alegría.

El ángel de la paz guarda la puerta:
No llames á ella, no, que ya la tiene
La vigilancia del amor abierta.

Ella al abrir, el paso me detiene,
Y de ella en pos gritando y sonriendo
La alegre turba de mis hijos viene.

Uno, amigo de escándalo y estruendo,
Con una cuerda mi bastón embrida
Y en tan bravo corcel sale corriendo;

Otro emprende á mi cuello la subida
Y me besa con ansia, y palmetea
Después de la victoria conseguida;

Aquel, que ni mi nombre balbucea
Ni en pié se tiene, de su madre en brazos
Por venirse á los míos forcejea.

Y ella, nudo común de tantos lazos,
Entre todos, benéfica, reparte
Dulces sonrisas, ósculos y abrazos.

Confabulada en silencioso aparte,
¡Ah, no te rías! me declara guerra
La turba ardiendo en el furor de Marte,

Y á mis ropas, belígera se aferra,
Y tal lucha, que al cabo da conmigo
Y con mi grave autoridad en tierra.

¿Cómo, di, de sus brazos me desligo
Si son cadenas para mí de flores,
Y cómo, recobrándome, les digo

Que cesen en sus risas y clamores
Si al oírlos, de júbilo desmayo,
Creyéndome que cantan ruiseñores?

Parece que viveza les dio el rayo,
El brote tierno la salud y el brío,
Color la adelfa que florece en Mayo,

Y que su aliento refrescó el rocío,
Y endulzaron sus labios los panales
Y encendió sus miradas el estío.

Cuando, rendidos en batallas tales,
Sus párpados de rosa cierra el sueño
Y les sume en arrobos celestiales,

Y el ángel de la paz va con empeño
Luces y ecos dejando adormecidos
Con sus alas cargadas de beleño,

Sonámbulos de dicha mis sentidos.
Embriagados quizás, por doquier hallan
Orgías de colores y sonidos, v

Aromas vivos que entre sí batallan,
Ondas que bullen, pájaros que trinan,
Alas que zumban, ósculos que estallan.

Madrid, Julio, 1883.

(i) Fragmento de una carta titulada «Mis Amores,» dirigida al poeta Cavestany
Fuente: Internet Archive.

domingo, 8 de septiembre de 2024

La Primavera


Majadales de Roche

Saliendo de su lánguido desmayo,
Naturaleza toda resucita
Al fecundo calor del sol de Mayo.
Las entrañas benéficas visita
De la madre común vívido rayo,
Y las semillas que ateridas duermen
Hinchadas rompen su corteza dura,
Y se hace planta el germen,
Y brota, y crece, y cubre la cañada
De una mullida alfombra de verdura
De arabescos de flores recamada.

jueves, 22 de agosto de 2024

A mi madre

Calle José Velarde
Al recordarte, madre, aunque maltrecho
Está mi corazón, vivo golpea
La quebrantada cárcel de mi pecho;

Mi labio bendiciones balbucea,
Y truécase en suspiro, en leve brisa,
El grito de furor que en mí bravea.

¡Cuán triste llego a ti! ¿Ves mi sonrisa?
Es del dolor la amarga crispatura,
¡Ay! del dolor que hoy llevo por divisa.

En ti busca consuelo mi amargura;
El hombre es sordo a la desdicha ajena;
Tú, fuente inagotable de dulzura.

¿ Quieres, madre, saber cuál es mi pena?
Mi pena es el vivir. ¡Ay! que la vida
Al tormento del mundo me condena.

Tengo en el corazón tan mala herida,
Que cuanto más la curo más se encona.
¡Ay, déjame llorar, madre querida!

¡Sólo el llanto consuelo proporciona!
¡Las lágrimas del triste son las perlas
que engarza el Hacedor a su corona!

jueves, 8 de agosto de 2024

A mi Padre

Agustín Velarde (Padre de Jose Velarde)

Tu nombre ¡oh Padre! Sírvame de égida:
Otro no acierta a pronunciar mi lengua
En los recios combates de la vida.

No pido al grande, de mi honor en mengua
Arrimo que en la lucha me sustente...
Valor prestado es un valor que amengua:

Me agravia la merced, y solamente
Tu paternal consejo humilde acato,
Y ante Dios y ante ti bajo la frente.

jueves, 1 de agosto de 2024

El poeta a su musa

Calle Ortega y Gasset 1
(Terraza Titus Bar)
Introducción

I

No seas, no, la víbora maldita
Que muerde y deposita
Dentro del corazón letal veneno;
Ni la ebria bacante desgreñada
Que arrastra desbocada
Honor y vestiduras por el cieno.

II

No sirena que llame engañadora
Con cántiga sonora
A las sirtes fatales de la duda;
Ni el pudor virginal mires esquiva,
Para ir provocativa
Buscando torpe meretriz desnuda.