jueves, 29 de diciembre de 2022

La Noche-Buena de los lobos

Desde Sta. Catalina

La noche es oscura y fría:
Baja el lobo de la sierra
Cauteloso olfateando
Y al viento dada la oreja.

Cual fuegos fatuos relucen
Sus ojos en las tinieblas,
Y con paso no sentido
Al callado redil llega.

Descuidados los pastores
La Natividad celebran,
Y el perro deja la guarda
Atraído por la cena.

De pronto tristes balidos
A los pastores despiertan.
Que ¡al lobo! gritan y azuzan
Los perros contra la fiera.

Pero tarde: llega el lobo
A su cubil con la presa,
Y tiéndese jadeante
Clavando la zarpa en ella.

En una casa mezquina
De entrada oscura y estrecha,
Sobre un mostrador echado
Está un hombre de faz seca.

Ojo avizor, oído atento,
Como el lobo cuando acecha,
Todos los sentidos pone
De su tugurio en la puerta.

Ábrese, al fin, lentamente,
Y una pobre mujer entra,
Que la manta de su lecho
En manos del hombre deja.

-Esta noche tendré frío
- Dice al bajar la escalera, -
Mas los hijos de mi alma
Cenarán, que es Noche-Buena.-

Aun más desgraciado el pobre
Que las tímidas ovejas,
No tiene contra los lobos
Ni perros que le defiendan.

José Velarde

miércoles, 28 de diciembre de 2022

El Defensor de Granada


 Viajera. Acompañada de sus hijos, ha llegado a esta ciudad la distinguida señora Dª Lucía de Castro Pinzón, Viuda del inolvidable poeta D. José Velarde

Fuente: Internet Archive

domingo, 25 de diciembre de 2022

Juegos del Alma, en el Defensor de Granada

    La llama del sentimiento,
si la toca la razón,
se convierte en fuego fatuo,
que ni da luz ni calor
    El pensamiento más frio,
si toca en el corazón,
se enciende en llama que brilla
y calienta como el sol.
    Feliz viva en su cordura
y tibieza el pensador
que al cariño pone tasa
y freno a la inspiración.
    A ser cuerdo, mil veces
la insanía prefiero yo,
y a ser tan tibio, abrasarme
en un insendio de amor.
                
                    JOSÉ VELARDE 

 Fuente: Internet Archive

martes, 20 de diciembre de 2022

José Velarde visto por Luis Montoto


EN AQUEL TIEMPO

 

X

 


Unos jóvenes entusiastas de las buenas letras, inteligentes y activos, acordaron fundar una sociedad a modo de liceo, para lucir sus talentos y continuar la tradición de la culta Sevilla.

Al intento, arrendaron una casa en la antigua calle de las Armas, cerca de la Puerta Real; la alhajaron con cuatro sillas y un par de mesas – la colecta no dio para más- y bajo la égida de don Juan José Bueno y de algún otro literato de nombre, comenzaron sus tareas.

Al principio, como Juan Palomo, ellos se lo guisaban y ellos se lo comían; esto es, la vida de la sociedad no traspasaba los muros de la casa. Se leía y se altercaba entre los partidarios de la vieja tradición y los heraldos de la buena nueva. Fueron los más batalladores Juan Martos, Francisco Caso y José Velarde; y, mediábamos, para avenirlos, don Eloy y yo, Manolito de ponía del lado de los que gritaban más; y Carlos Peñaranda, que dedicó su primer libro de versos a Víctor Hugo – el cual le dio las gracias en una misiva breve, pero sustanciosa- como ardiente defensor de la república, partía las mejores peras con Martos y con Velarde.


-Este Pepito Velarde- me decía Manolito- es un poeta de cuerpo entero. ¿No ves en su cara inquieta, en sus ojillos, que parecen puntas de ajugas, y en su frente espaciosa, algo extraordinario? Es un manojito de nervios… ¡Qué versos nos leyó anoche! Rotundos y correctos… ¡Qué sentimiento y qué gusto! En una composición dedicada a Carmen, una niña a quien el poeta da consejos, la dice:

 Ama como la tórtola, arrullando,

y no como el león, que ama rugiendo.

 -Cierto -le dije-, es joven de mucha cultura y poeta de astro, si no se aburre, lucirá con luz propia.

-Gonzalito Segovia lo tiene en mucha estima. Gracias a él, es médico de la beneficencia de Sevilla, aunque se me antoja que no tiene mucha afición a la medicina.

-Ni mucha ni poca. Dice él que Dios no lo trajo al mundo para que cada hijo de vecino le enseñe la lengua, más o menos sucia. Si el demonio coge a un mancebo por la irresistible vocación poética, se acabó para el mozo todo lo demás, y las profesiones que dan de comer le son odiosas. Rodríguez Marín lo dice con mucha sal: << La profesión –la medicina o la abogacía-, es como la mujer propia, y la poesía, como la querida: para la primera, desdén o malos modos; los mimos y los halagos para la segunda>>

Grande amistad tuve con Velarde. Seguí los pasos de su vida desde que de Conil, su tierra natal, vino a Sevilla, después de haber estudiado en Cádiz la carrera de medicina, hasta que, en Madrid, murió de mal de corazón.

No sé quién buscó a quien; pero desde que nos encontramos nos ligó lazo tan fuerte, que aún no se ha desatado.

No contaba yo más años que él, ni le superaba en cultura, y menos en inteligencia; pero quizás porque mi benevolencia no sofocaba ni adulteraba en mi boca la verdad, y porque jamás sentí envidia .sólo noble emulación-, especialmente porque había estudiado con algún fundamento el arte literario; por todas estas razones, sino ya por la potísima de su caballerosidad, fue lo cierto que pasaba sus composiciones por el tamiz de mi menguada crítica. Dócil escuchaba mis consejos y me toleraba que tachase o enmendase sus obras. Fue muy estimado en Sevilla, donde publicó sus primeros versos que editó Álvarez, el librero de la calle Tetuán, y redactó <<La Tribuna >>, periódico que mantenían Rafael Laffite y sus amigos políticos.


Republicano en un principio, díjome cierto día: <<Mis ideas se han modificado. Fui republicano, pero el republicanismo es para los jóvenes lo que el sarampión para los niños: una epidemia de que pocos se libran. >>

Admirador de Núñez de Arce, le siguió las huellas. Se aventajó al maestro en la delicadeza del pensamiento y en la pintura de la naturaleza; pero le fue a la zaga en la elección de los asuntos, en lo enérgico de la expresión y en la cincelada factura del verso.

Intimó con el gran poeta y, ya alentado por este, ya porque ansiaba más espacio en que volar, renunció su oficio en la Beneficencia y se partió a Madrid: otro Don Quijote en busca de aventuras.

Su vida en la corte en los primeros meses fue oscura y fatigosa. Ni su educación, ni sus gustos refinados, se compadecían con las andanzas de la bohemia. Aposta huía de la mesa del café y del tugurio donde se cobijaban el hambre y la ambición. No mendigó un aplauso ni una gacetilla laudatoria. Fiaba de sus fuerzas, y no buscó el oropel de una falsa reputación.

Vivir de los versos era cosa imposible y, para comer, aceptó un destinillo. Entonces se entregó de lleno en brazos de la querida –la poesía-, con olvido de la mujer propia – la Medicina.

Fue muy amigo de Campoamor y adoró a Zorrilla, el bardo viejo y pobre que sólo tenía, para echarlos en la olla, marchitos laureles de sus coronas.

Frecuentaba la tertulia de don Juan Valera, y se le abrieron los salones aristocráticos, donde se le aplaudió, como al melifluo: Fernández Grilo.

Compadecido de la pobreza en que vivía su admirado cantor, se indignaba –la exaltación era atributo de su carácter- y escribía en los periódicos, especialmente en <<El Imparcial>>, para levantar el espíritu público y mover al Gobierno con el fin  de que las Cortes señalaran una pensión al glorioso autor del poema <<Granada>>.

Zorrilla lo quiso mucho, como lo querían cuantos lo trataban. Aparte su natural irritable por el predominio de los nervios, era un niño en intensiones y palabras.

A más de unas colecciones de versos, en que incluyó buen número de los publicados en Sevilla, dio a luz en Madrid poemas al modo de los de Núñez de Arce,  que se leyeron en el Teatro Español y fueron muy celebrados. Escribió también y se presentó con aplauso, un drama y varios cantos del poema <<Alegría>>. ¡Lástima grande que la muerte le sorprendiera sin haber terminado la obra en que ponía su amor y sus esperanzas! Puedo decir –conservo los apuntes de puño y letra del autor- que de haber escrito los últimos cantos de aquel poema, su labor sería de las más acabadas de la literatura moderna.

Doblase de la crítica inconsiderada que toma empeño el ridiculizar al escritor, hiriéndole con las armas del ridículo. Un crítico, Leopoldo Alas (a) Clarín, arremetió contra él desde el primer momento. Lo ridiculizaba sin piedad para atraer la atención de los lectores más sobre el crítico que sobre el criticado. Para Clarín solo había en España dos poetas: Campoamor y Núñez de Arce, y 0,50 de poeta, Manuel de Palacio.

Velarde sufrió con mansedumbre las virulencias de Leopoldo Alas, y contra el no esgrimió más armas que el desdén.

Campo de sus triunfos fue el Ateneo, donde leyó los poemas <<Laredo>> y <<Fray Juan>> y las rotundas décimas <<A Dios>>. Zorrilla que lo escuchaba, al oír una de aquellas, exclamó entusiasmado: <<Eso no lo ha dicho nadie en castellano. Hágame usted el favor de repetirlo.>>Moreno Nieto, abrazándolo decía: <<Hace quince años que no se ha visto en esta casa triunfo semejante.>> También Sánchez Moguel echaba a vuelos las campanas, repicando en honra del poeta andaluz.

Tres editores le ofrecieron en el acto imprimir aquellas poesías. Poco antes, uno de ellos después de oír la lectura del poema <<Meditación ante unas ruinas, le había dicho: Dentro de cinco años no tendré inconveniente en imprimir un libro de usted. >>

Requerido y solicitado para que leyera sus versos en los salones aristocráticos, le repugnaba, tanto porque era enemigo de toda exhibición, cuanto porque no gustaba de las costumbres de la corte. Sólo en los primeros meses de su residencia en Madrid leyó en casa de Virginia Bumel, dama muy amante de las Letras y las Artes, y después de la muerte de su egregia amiga, en el palacio de la duquesa de Medinaceli, que lo halagaba mucho.


Republicano primero y liberal después, ingresó, por último en el partido que acaudillaba don Antonio Cánovas del Castillos, subyugados por las peregrinas dotes de talento e ilustración que adornaron al restaurador de la Monarquía constitucional de España, y como rendimiento a don Alfonso XII, con cuya amistad se honró.

Un día, en la ocasión de haber dedicado unos versos al Rey, inspirados por los sucesos de París,  Don Alfonso XII, que lo recibió en su palacio para darle las gracias le dijo:

-No se va usted de aquí sin pedirme algo, y algo importante, que yo pueda en el acto…

Creyó Velarde que aquello era como ofrecerle dinero, y, cegado por su dignidad, replicó al soberano:

-Señor, el día que conocí a vuestra majestad le prometí que nunca le pediría cosa alguna, y nada le he pedido, porque de nada necesito. Mis aspiraciones son modestísimas, y me basta con la amistad de vuestra majestad y mi trabajo.

Salió el poeta del palacio todo mohíno y caviloso, tanto, que iba por la calle hablando entre sí y preguntándose: << ¿Me ofrecería el Rey dinero? ¿Creerá que soy capaz de aceptarlo?>> Sumido en estas cavilaciones, estuvo algún tiempo alejado del Palacio Real.

Vivía con estrechez, y a duras penas remediaba sus necesidades y las de su familia.

Su pobreza y el desdén de la crítica fueron robándole energías e ilusiones, al estremo de que perdió su carácter alegre y comunicativo.

Cuando se le cerraban todas las puertas, llamaba a las del periódico <<La Ilustración Española y Americana>>, que de par en par se le abrían.

Una dama tan buena como hermosa, la Duquesa de Almodóvar del Rio, influyó en el marqués de Comillas para que remediase los apremios del poeta en los días que a éste se le escapaba la vida y crecían sus ansias. ¿Qué hubiera sido de Velarde, en sus postrimerías, sin la generosidad de aquel potentado?

Era humilde y soberbio con los poderosos.

Apremiado un día por la necesidad, se decidió, venciéndose, a pedir un destino que le diese holgura para acabar de escribir con reposo y tranquilidad el <<Romancero de Colón>>. No mucho antes fue aplaudido en su drama <<Pedro el Bastardo>>, escrito con la colaboración de Juan Antonio Cavestany.

Fuese al Ministerio, preguntó por el ministro, hiciéronle guardar antesala, y cuando se disponía a volver las espaldas – porque él, no era hombre cachazudo-, el portero anunció que su excelencia lo esperaba.

Entró en el despacho del ministro y lo saludó diciéndole:

-Soy Velarde, servidor de vuecencia, y vengo…

El ministro le miró de arriba abajo, enarco las cejas, frunció el ceño y dijo:

-Velarde… Velarde…¡Ah, si…! Velarde, el arquitecto…

Y nuestro poeta, montando en cólera y olvidando que iba a pedir un destino, pronunció estas palabras, que fueron como agua fría vertida sobre la cabeza de S. E.:

-Cuando el ministro de Fomento no conoce ni de nombre a un autor que acaba de estrenar un drama en el Teatro Español y vende al año cuatro mil volúmenes de sus obras, ni le pido nada, ni puedo esperar nada de él.

En aquel tiempo, de Luis Montoto y Rautenstrauch, 1851-1929 

Fuente: Internet Archive

viernes, 16 de diciembre de 2022

Segundo Periodo de la Época Realista (1870-1887)

J. Valera, Poeía... s.xix, I, pág. 170: "El primero de los aludidos poétas fué D. José Velarde. Crítica despiadada y acerba se ensañó contra este vate bondadoso y dulcísimo, y le amargó la vida. Sin duda él incurrió en un error, harto grave pero inocente: en el errorde creer o , más bien, soñar con la posibilidad de que pudiese alguien entonces ser principal y casi exclusivamente poeta lírico y narrativo como se puede ser abogado, médico, empleado en Hacienda, y ya, a Dios gracias, hasta dramaturgo y novelista. Velarde se aventuró pues, en una empresa casi imposible, y tuvo que ser cruel su desengaño. Pero, prescindiendo de esto, debemos hoy hacerle justicia. Preciosos son los versos e interesantes sus narraciones. El poema Alegría, lo mejor, en mi opinión, que nos ha dejado, es rico en delicados sentimientos, en colorido, para pintarnos la hermosura del  suelo y del cielo de Andalucía y en talento de observación y artística flexibilidad de estilo para ver y representar la vida en aquellos lugares y las faenas, regocijos y pasiones enérgicas de sus rusticos habitadores. A la verdad, yo no comprendo sino como manía de ensalzar lo estranjero y denigrar lo propio, que no se estime Alegría y otros poemitas de sucesos campesinos de la edad presente, escritos por Velarde, tanto, o casi tanto, aunque las comparaciones sean odiosas, como Hermán y Dorotea, de Goethe, y Evangelina, de Longfellow." J. Valera, Ecos Argentinos, 1891, pág 105: "Tengo por cierto que José Velarde que murió no hace mucho, era elegantísimo poeta de viva imaginación, de tierno y delicado sentimiento y de expresión dichosa y fácil, sobre todo en la poesía descriptiva." José P. Velarde Poesías, Sevilla 1876. Nuevas poesías,ibid., 1878, 1881. Maditacíón ante unas ruinas, poema, 1879. Teodomiro o la cueva del Cristo, leyenda, Madrid, 1879. Fray Juan, poema 1880. La niña de Gómez Arias. 1880. La Velada, poema, 1881. A orillas del mar, 1882. El año campestre, poema, 1882. Voces del alma, poesías, 1884. Mis amores, poema, 1884. El ultimo beso, ley., 1884. El capitan García, poema, 1884. Fernao de Laredo, poema. Toros y chimborazos, 1886. Obras poéticas, dos vols., Madrid 1887. Alegría, Poema 1888. Pedro el Bastardo, dr. hist.(con Cavestany), 1888
.Fuente: Internet Archive

miércoles, 14 de diciembre de 2022

1876 Manuel Gutiérrez Nájera

JOSÉ P. VELARDE (1849-1892), de Conil (Cádiz), poeta del género andaluz, de viva imaginación, algo romántico y filosófico, cada vez más moralizador, de poca inventiva, un poco tirante en la parte musical y rítmica del verso, como si lo sacara a fuerza de puños, fué siempre un seguidor de maestros, de Zorrilla primero, Luego de Núñez de Arce, despues de Zola, aunque en teoría afirmase lo contrario; descolló en las descripciones pintorescas y en la delicadeza del sentimientos.
Fuente: Internet Archive

domingo, 11 de diciembre de 2022

Dedicatoria a D. Antonio Sánchez Moguel

A ORILLA DEL MAR
A mi amigo y maestro Dn. Antº Sánchez Moger el literato de más gusto, profesionalidad y saber de España, en testimonio de admiración y sincero afecto. 
José Velarde

 

martes, 6 de diciembre de 2022

Juan Valera en carta a Obligado 1889


En todos los versos de usted hay inspiración propia, por donde, sin buscar la originalidad  usted la tiene. Se conoce que ha leido usted los los poetas españoles, hasta los más recientes, como Campoamor, Núñez de Arce y Velarde
 Fuente: Internet Archive

domingo, 4 de diciembre de 2022

Páginas sueltas de Gonzalo Picón

 


D. José Velarde

Lejos estoy de colocar a D. José Velarde en el escaso número de los grandes poetas castellanos de la época presente. Su poesía es la del color y de la línea, la del perfume y de la música, la del dibujo y la armonía; poesía que nada le dice al pensamiento, que nunca le habla al corazón, que no deja en el arma huella alguna. Se oye con el mismo placer con que se escucha el canto del jilguero, con que se mira el rosado celaje vespertino, con que se huele el aroma de la silvestre rosa de los trópicos; pero al pasar el encanto del momento, pasan con él las impresiones recibidas.


miércoles, 30 de noviembre de 2022

Dedicatoria a Dn. José Echegaray

NUEVAS POESÏAS
Al eminente poeta, gloria de España. Sr. Dn. José Echegaray en testimonio de admiración y respeto
José Velarde
Conil de la Frontera 1848
Agradecer a Manuel Cirtés por enviarme esta página de Todocolección

sábado, 19 de noviembre de 2022

Alfonso Velarde habla de su padre


JOSÉ VELARDE

 Don Alfonso Velarde, el hijo del gran poeta, siente por la memoria de su padre un culto conmovedor.


Al amor filial, a la admiración al talento, que su padre merece, se une un melancólico y triste sentimiento de piedad hacia el hombre noble y bueno, que luchó en vida con tantas asperezas y cayó en un injusto olvido, después de su muerte, en plena juventud, cuando comenzaban a sonreírle la gloria y la fortuna.

-Velarde era andaluz- le digo-. Tal vez se pueda buscar en esto la causa del inexplicable olvido. Los andaluces tenemos el pecado de no saber honrar y recordar nuestras glorias, como lo hacen las otras regiones de España. Quizás por lo mucho que en nuestra región abundan. ¿En qué pueblo de la provincia de Cádiz nació su padre?

-En Conil, un lugar que él adoró siempre; se le representaba en su imaginación con los colores más bellos y siempre influyó en su poesía. Mil veces describía su iglesia, el campo santo unido a ella, en el que deseaba reposar, y la placidez de su ambiente; Recuerdo que hablando de la campana que interrumpía su sueño de niño, dijo: 

martes, 15 de noviembre de 2022

Condecorado por el Rey

Entre las personas agraciadas con motivo
 del santo de S. M. el Rey Alfonso XII, figuran en
la Gaceta de ayer, condecorados, los
distinguidos poetas D. Eugenio Selles,
D. Ceferino Palencia, D. Nicolás Taboada y D. José Velarde


Ver en este enlace

1883/01/25 La Correspondencia de España

miércoles, 9 de noviembre de 2022

Al Excmo. Sr D. Antonio Canovas del Castillo

Punto de cruz Nina Gil
Carta jocosa en la que el autor, como regalo de boda, le dedica su poema -Alegría-

Dice, amigo Don Antonio,
Un axioma callejero,
Que allí donde esta el dinero
Se encuentra siempre el demonio.
No puedo dar testimonio
De apotegma tan fatal;
Pero si se, por mi mal,
Que al triste que no lo tiene,
A su casa se le viene
Toda la corte infernal,

Aunque negros cual la noche
Los males del rico sean,
Por lo menos los pasean
Con alivio grande en coche.
Mas el pobre a trochemoche
Lleva a rastras, sin parar,
Un pesar y otro pesar
Que le ponen en mil potros,
Al seguirse unos a otros
Como las olas del mar.

lunes, 31 de octubre de 2022

Hermana de José Velarde

Nombre: Mª de los Dolores, Pascuala, Lucía, Ramona, de la Stma. Trinidad
Apellidos: Velarde Yusty
Nacida en Cádiz  el 13 diciembre 1844 (3.30 A.M.)
Padre. Agustín Velarde Escalera
Madre. Mª de los Dolores Yusti Gabarrón
Observaciones
Hermana de José Velarde Yusty. Bautizada el 19 de diciembre de 1844, en la parroquia de San Lorenzo, en la ciudad de Cádiz. Secerdote que la bautiza: Francisco José Mª Procio, exclaustrado del convento de San Agustín, también de la ciudad de Cádiz. Su padre en el momento de nacer ella, es profesor de Medicina y cirugía. Su padrino en el bautizo; su abuelo materno: Pascual Yusti. Testigos Eduardo Velarde (su tio) y José Gabarrón, que en el momento del bautizo viven en la ciudad de Cádiz. Su partida de bautismo se encuentra en la parroquia de San Lorenzo de Cádiz, en el libro de bautismo 21 en el folio 285. Sus abuelos paternos Agustin Velarde, nacido en Vioño, Montañas de Santander y María Rosa escalera, nacida en Rota. Maternos: Pascual Yusty y Mª de la Candelaria Gabarrón. 
Casada con Rafael Ramiez-Arias y Ruiz de quien sabemos tenía un hermano llamado juan de la Cruz. con el tuvo cinco hijas, una de las cuales, María, casó con Manuel Rubio, descendiente de Federico Rubio y Galy
Fuente: Internet Archive

jueves, 27 de octubre de 2022

Pertida de defunción del Padre de José Velarde

Número 282

Don Agustín Velarde y de la Escalera

En la villa de Conil de la Frontera a las diez de la mañana del día veinte de Julio de mil ochocientos noventa y uno ante Don Juan Sánchez Muñoz Juez municipal de ella y don Francisco Muñoz y Mures secretario, compareció con su cédula personal número cuatrocientos noventa y seis expedida en Lebrija el siete de noviembre último y es de onceava clase Don Juan Bellido y Ramírez, natural de Lebrija termino municipal de dicha población provincia de Sevilla mayor de edad, de estado soltero de profesión abogado y domiciliado en esta villa calle Botica, número cinco, manifestando que Don Agustín Velarde y de la Escalera de esta vecindad, domiciliado en calle José Velarde nº 6 natural de Cádiz, de setenta y cuatro años de edad Doctor en Medicina y Cirugía y titular de esta villa, Caballero de la Real y distinguida Orden de Carlos 3º condecorado con la placa y cruz de 1ª clase de la orden civil de Beneficencia socio de número de la Real Academia de Medicina de Cádiz, ha fallecido a las nueve de la noche de ayer en su referido domicilio a consecuencia de Antrax, según certificado que exhibe de lo cual daba parte como procesamiento de la defunción.

En vista de la manifestación y de la certificación facultativa presentada, el Sr. Juez municipal dispuso extendiese la siguiente acta de inscripción, consignándose en ella además de lo expuesto por el declarante y en virtud de las noticias que se han podido adquirir las circunstancias siguientes:

Que el referido finado era hijo de Don Agustín Velarde y Pérez de Junquito natural de Santander y de doña Rosa de la Escalera y Brea natural de Rota en esta provincia y difuntos.

Que estaba casado con Dña. María de los Dolores Yusti y Gabarro natural de Cádiz y vecina de esta villa mayor de edad, de ocupación labores propias de su sexo, domiciliada en el del finado, de cuyo matrimonio deja tres hijos llamados, Doña María de los Dolores, Don José, y Doña María de la Candelaria, esta soltera y los demás casados.

Que no testó

Y que a su cadáver se le habrá de dar sepultura en el cementerio de esta localidad

Fueron testigo de esta inscripción Pedro Heredia Román, casado y francisco Ramírez Ramos, soltero de esta naturaleza y vecindario, mayores de edad y guardias municipales  

Leída  íntegramente esta acta, e invitados los que la han de suscribir a leerla por si, se estampó en ella el sello del Juzgado municipal, y la firmaron el Sr. Juez, el manifestante y los testigos citados, de que certifico.

Juan Sánchez

Juan Bellido

Pedro Heredia

Francisco Ramírez

sábado, 15 de octubre de 2022

La Edad Media



Á la inspirada voz de un ermitaño
Las naciones cristianas se despueblan,
Y por norte la cruz, dan en Oriente
Con el ciego furor de la tormenta.

Alza la fe los giganteos,
En el claustro refúgianse las letras,
Y hallan nuevos tesoros de poesía
Dentro del corazón, rudos poetas.

Es la edad de los sueños y fantasmas,
De la fe, del amor y de la fuerza.
Menospreciando la mundana vida
Al desierto encamínase el asceta,

miércoles, 14 de septiembre de 2022

Velarde y el cine (Confesión trágica)

Entrada c/ Baluarte

Carlos E.Gonzalez
Pintor, decorador y escenógrafo. Con José Manuel Ramos dirige Tepeyac (1917) y Confesión trágica (1919), bajo el sello de la empresa Film Colonial. La primera, en la vena del nacionalismo hispano-católico se inspira en la tradición de las apariciones de la virgen de Guadalupe, con Beatriz de Córdova como la Guadalupana, el pintor Gabriel Montiel, como Juan Diego y un “indígena auténtico”, Feliciano Gutiérrez como Juan Bernardino y, la segunda, expresa cinematográficamente las ideas del poema del español José Velarde, cuyos versos forman los intertítulos de la película y se filma en el convento de Tepotzotlán.

José Manuel Ramos

Poeta, periodista, argumentista y director artístico. Entusiasta aficionado del cine, escribe sobre la materia para el semanario Mefistófeles con el seudónimo de “Salustiano”; escribe o adapta numerosos argumentos filmados entre 1917 y 1921: Alma de Sacrificio (1917) de Joaquín Coss, Partida Ganada (1920) de Enrique Castilla, así como las cintas dirigidas por Ernesto Vollrath Hasta Después de la Muerte (1920), En la Hacienda (1921), Amnesia (Dos Almas en Una) (1921) y La Parcela (1921). Con Carlos E. González dirige Tepeyac (1917) y Confesión trágica (1919).

Esta informacion esta sacada de: Cine silente mexicano Acercamiento histórico al cine mudo mexicano y en especial en Toluca. Pica en: Carlos E. González

Si deseas leer el poema de Velarde del que se sacaron los intertítulos para esta pelicua pica en: Fray Juan.

lunes, 29 de agosto de 2022

Grabado de José Velarde

 D. JOSÉ VELARDE
DISTINGUIDO POETA Y COLABORADOR DE ESTA REVISTA
Nació en Conil (Cádiz), En 1849; falleció en Madrid, 22 de febrero 1892
De fotografía de Edgardo Debas

viernes, 12 de agosto de 2022

La Tercera Reunión


El ESPAÑOL

Sevilla 12 agosto de 1873

La tercera Reunión

Es altamente satisfactorio e inspira una gran confianza el hecho bastante significativo de que no decaiga el entusiasmo de los vecinos honrados de Sevilla, al llevar a cabo el propósito de asociarse para la común defensa, y oponer un fuerte dique a los disolventes proyectos de los enemigos de la sociedad. Que no decaiga el interés y el fervor con que los hombres sensatos, amantes del orden y enemigos de revueltas se han adherido a tan noble y patriótico pensamiento, y podremos decir con toda verdad que nos hemos salvado; pero si, lo que no esperamos, entrase el desaliento y la apatía, no que dará más recurso que sucumbir.

Y que el actual orden social le derrumbara, para ser sustituido quizás muy pronto por una tiranía demagógica personal y despótica, no hay la menor duda, siendo así que acontecimientos que están a la vista de todos nos lo anuncian de una manera evidentísima.

La demagogia con todo su séquito, o mejor dicho, con su catálogo de jefes y caudillos, de profetas y apóstoles, impía y codiciosa falange de falsos filosofos y cínicos ateos, esa demagogia que desde hace dos meses tiene sumida España en un mar de desdichas, no está vencida ni mucho menos. Tan potente se considera como el día de su primer triunfo; y según vienen preparándose los sucesos, antes de mucho hemos de presenciar, si no nos preparamos para impedirlo, escenas más tristes que las de los últimos días de julio.

A evitar esa nueva serie de indignidades, de atropellos, de violencias y de crímenes está dirigida principalmente la asociación de vecinos honrados, con la ventaja de haber surgido el benéfico pensamiento de imprimirle además otro carácter, que unido al primitivo esencial, venga a ser su complemento y el que acabe de ligar, amalgamar y unir a todos los asociados, ese nuevo carácter es, constituir la asociación como una gran compañía de seguros mutuos, para indemnizarse los asociados recíprocamente de los daños y perjuicios que pudieran seguírseles de la repetición de las escenas vandálicas y desoladoras que han ocurrido en Sevilla, en los nefastos días a que ya hemos hecho referencia.

Mas dejado para otro día el tratar exclusivamente de ese nuevo proyecto, daremos cuenta por hoy de la tercera reunión celebrada por la asociación de los vecinos honrados de Sevilla.

Verificóse, como la segunda, en el gran patio del Alcázar, conocido por el de las Cien Doncellas, y asistió mayor número de individuos que a las dos anteriores, siendo pruebas todos de hallarse animados de los propósitos más decididos para llevar a cabo el pensamiento que allí los había congregado.

Abierta la sesión por el señor Pastor y Landero manifestó que se iban a leer las bases de la constitución de la sociedad, las cuales insertamos más abajo; y leídas que fueron, se abrió discusión sobre ellas, para que cada cual de los señores presentes manifestase cuanto sobre las mismas sele ocurriera. El primero que usó de la palabra fue el señor D. José Garrido, haciendo algunas observaciones a la base tercera, siendo contestado por la mesa con satisfactorias aclaraciones.

El señor Galilea, tomó también la palabra, y fue asimismo satisfecho con la mayor amplitud y claridad, mereciendo la aprobación de toda la concurrencia, tanto el señor Pastor y Landero, como los demás señores que componían la mesa.

El tercer turno, digámoslo así, lo consumió el señor D. Manuel Padilla Salvador, quien manifestó que en su concepto las bases debieran imprimirse y circularse profundamente, a fin de que todos los señores asociados se impusieran de ellas y meditaran sobre todas y cada una, para que la discusión ofreciera los mejores resultados; que para el efecto él ofrecía las columnas del periódico sevillano federal, El Estado Andaluz.

Contestóle el Sr Pastor y Landero diciéndole que por su parte agradecida que un periódico tan digno y que había anatematizado enérgicamente los crímenes de la demagogia en Sevilla, se ofreciese a prestar un servicio de tal importancia a la asociación; pero que las circunstancias no permitían ninguna clase de dilaciones; que los sucesos se precipitaban y que era indispensable proceder en todo con la mayor rapidez. También añadió el señor Pastor, que ya que el señor Padilla se tomaba tan gran interés, proponía a la reunión que fuese nombrado individuo de la comisión que ha de redactar el reglamento.

El señor Padilla declinó la honra que se le hacía y propuso para sustituirlo en la expresada comisión al señor Góngora, como redactor que es del mencionado periódico, lo que se admitió sin dificultad.

Aprobada las bases, manifestó el señor Pastor y Landero que debía procederse a elegir la junta de propiedad, toda vez que la que existía solo tenía el carácter de interina, habiendo sido nombrada además en momentos de efervescencia, a fin de que los nombramientos recayesen en personas que mereciesen la completa confianza de los señores asociados. Para el efecto, el señor Pastor dijo que podía procederse de varios modos, pero que en su concepto, el más breve sería designar una comisión nominadora y que esta propusiera la nueva Junta.


Hízose  así, componiéndose la comisión de los señores siguientes:

D. Juan Talavera.

   Luis de Góngora.

   Rafael Tunon.

   José Lamarque de Novoa.

   José Garrido y Melgarejo.

Después de deliberar estos breves instantes, propusieron para iguales cargos a los señores presidente, vicepresidentes y secretarios que los habían desempañado en la interina, designando también a los demás señores todos los cuales merecieron la más completa aprobación de los concurrentes, que aplaudían a cada nombre según iban leyéndose.

Consignaremos que en la Junta interina solo había dos vicepresidentes y dos secretarios, y que en la definitiva se han aumentado hasta cuatro aquellos cargos y los de vocales hasta el número que aparece en la siguiente nomenclatura:

Presidente.

Sr. D. Manuel Pastor y Landero.

 

Vice-presidentes.

Sr D. Manuel de Belmar.

      Víctor Salinas.

      Eduardo Aguirre Vengao.

      Ángel González Nandin.

Depositario

Sr. D Francisco Vinent y Valiente

 

Secretarios

Sr. D. Gonzalo Segovia y Ardizone.

       Gregorio Tovía.

       Manuel Garrido y Herrera.

       José Velarde

 

Vocales.

Sr. D. Basilio de Camino.

       José Ibarra y González

       Vicente Tovía

       José Sánchez de Marcos.

       Miguel Velarde

       Bernardo Toresano

       Francisco Ruiz de Bustillos.

       Manuel de la Puente y Pellon.

       Antonio María Otal.

       Domingo Molina.

       Miguel Brabo Ferrer.

       Vicente Chiralt.

       Fernando Colom.

       Manuel Laraña y Ramírez.

       Cayetano Rivera.

He aquí ahora las bases ó estatutos a que nos hemos referido:

*Artículo 1º. Se crea una Sociedad de Vecinos Honrados de esta ciudad con el único y exclusivo objeto dedefender las personas, las familias y las propiedades, si desgraciadamente se vieses amenazadas.

Art. 2º. Esta asociación no tiene ni podrá tener jamás carácter político, y solo se concretará al amparo y mutuo auxilio de los asociados, protegiendo por todos los medios que estén a su alcance con sus personas y bienes los altos intereses de la Sociedad.

Art. 3º. Todos los asociados quedan en la obligación de auxiliarse aun en los casos de sufrir quebrantos o pérdidas por razón de agresiones externas, iguales o parecidas a las que acaban de tener lugar en esta ciudad, indemnizándose de los perjuicios y daños causados. Un reglamento especial determinará la forma en que esto deba hacerse, teniendo en cuenta las condiciones de los asociados y la importancia del siniestro.

Art. 4º. La Dirección de la Sociedad estará a cargo de una Junta directiva, compuesta de un Presidente, cuatro Vicepresidentes, cuatro secretarios, quince vocales y un depositario. Esta Junta nombrará comisiones auxiliares en los distintos barrios de la población.

Art. 5º. Esta Junta resolverá todas las cuestiones y dificultades que puedan suscitarse y cuantos asuntos tengan relación más o menos inmediata con el objeto de la asociación, siendo sus decisiones inapelables, si bien en todos los casos que crea necesario convocará Junta General para oír las opiniones de los asociados y someterse a su fallo.

Como siguiente a este artículo, la Junta General tiene el derecho de revocar sus poderes a la Directiva, cuando crea que no ha cumplido con los deberes de su institución.

Art. 6º.  Podrá también convocarse Junta General cuando lo pidan  cincuenta socios por escrito, determinando el objeto; en este caso serán precisos trecientos asociados para tomar acuerdo, informando la Junta Directiva sobre el objeto de la petición.

Art. 7º. La Junta Directiva procurará reunir con frecuencia, una vez al mes por lo menos, y en todos los casos importantes y extraordinarios, a la Junta general, tanto para dar cuenta de sus actos en beneficio de la asociación, como para que los asociados se conozcan y unidos todos inspiren en el pensamiento de mutuo auxilio y defensa a que deben cooperar.

Art. 8º. Siendo esta Sociedad una corporación de orden y beneficio público, procurará guardar siempre la mejor armonía y buenas relaciones con las autoridades constituidas, auxiliándolas en todo lo que no se oponga a su instituto, y demandando a las mismas idéntico auxilio.

Art. 9º Las obligaciones anejas a los diferentes cargos de la Junta se determinarán en el reglamento de gobierno interior, que para su más perfecta organización deberá tener la Sociedad.

Art.10º. en el mismo reglamento ira expresada  la parte penal a que deba sujetarse a los asociados cuando falten a los estatutos y reglamentos, desestimen o intente ó intenten desvirtuar laas bases fundamentales, consignadas en los tres primeros artículos.

Art. 11º. Ingresaran en la asociación las personas que lo soliciten probando ante una comisión especial estar comprendidas en las condiciones siguientes:

1ª. Ser mayor de die y ocho años.

2ª. Estar él o su familia domiciliados en Sevilla.

  Probar con sus antecedentes su amor al orden.

4ª Ser contribuyente o tener profesión conocida.

5ª La Comisión exigirá para la admisión la responsabilidad xxxx xxxx de tres  personas ya admitidas en la Corporación, que garanticen y respondan ante la Junta Directiva al buen proceder del candidato.

Art. 12º. Una vez aprobados estos Estatutos, la Junta Directiva que haya de regir los destinos de la Asociación.