La llama del sentimiento,
si la toca la razón,
se convierte en fuego fatuo,
que ni da luz ni calor
El pensamiento más frio,
si toca en el corazón,
se enciende en llama que brilla
y calienta como el sol.
Feliz viva en su cordura
y tibieza el pensador
que al cariño pone tasa
y freno a la inspiración.
A ser cuerdo, mil veces
la insanía prefiero yo,
y a ser tan tibio, abrasarme
en un insendio de amor.
JOSÉ VELARDE
Fuente: Internet Archive
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