Naciste en la bellísima comarca,
Donde alcanzó Petrarca
Para su augusta sien el lauro eterno;
Donde Beatriz cruzóse en el camino
Del triste Gibelino,
Cantor del Paraíso y del Infierno.
II
Do pintó Miguel Ángel lo pasado,
Retorciéndose airado,
En la convulsa, mágica Sibila;
Y la cándida aurora en el profeta,
Del porvenir atleta,
Que lleva algo de Dios en la pupila.