viernes, 15 de noviembre de 2024
El Invierno
JUAN LÓPEZ VALDEMORO
I
Tan sólo aquello que entristece ó daña
Con vida y fuerza en el invierno frío,
El ciprés, el abrojo y la cizaña.
Seco está el bosque y el nidal vacío,
La fuente pura convertida en hielo,
Muda la alondra, desbordado el río;
Y para colmo de tristeza y duelo,
El viento ruge, brama el Océano,
Y en lluvias y rayos se desata el cielo.
miércoles, 6 de noviembre de 2024
El Campo Santo
Por no apartarse de la iglesia santa,
El cementerio humilde de la aldea
En medio de los vivos se levanta.
De negro barro y de ladrillo rojo
Un muro sin revoque le rodea,
Que ya del tiempo destructor despojo,
A trechos está unido por bardales
De apisonada tierra, donde crecen
La pita, la chumbera y los zarzales,
Y donde en el verano reflorecen
Espinos majoletos y rosales.
jueves, 31 de octubre de 2024
A la inundación de las Provincias de Levante
IDILIO
No acaba allí jamás la primavera:
El cierzo se entumece
Al dar en la cercana cordillera,
Y templado del sol en los fulgores,
Al llegar a los valles se adormece
Sobre un lecho de espigas y de flores.
Es aquel un jardín todo armonía:
Canta el jilguero en la floresta umbría,
La codorniz entre la mies granada,
Tierna arrulla la tórtola cuitada,
De pino en pino errante,
Y, el trémulo fulgor de las estrellas,
El ruiseñor amante
Entona sus dulcísimas querellas.
martes, 29 de octubre de 2024
Velada en honra y prez de José Moreno Nieto
Había en el salón de sesiones, repleto y henchido de auditorio, gasas fúnebres, coronas, el retrato del señor Moreno Nieto, en lugar preferente, y un sillón vacío y de respeto, a la manera, si vale el símil, del caballo encubertado de negro y sin jinete, que los pages llevaban antiguamente tras del féretro del guerrero esclarecido.
El Sr. Cánovas del Castillo, que ha sucedido en la presidencia de aquella docta corporación al Sr. Moreno Nieto, leyó el discurso necrológico.
Baste decir, para ponderar su valía, -demostrada además de allí mismo con frecuentes, unánimes y ruidosos aplausos- que los más sañudos adversarios del insigne hombre de Estado, se han olvidado para elogiarle, del mayor de los crímenes del señor Cánovas, de haber hecho, y bien, política contraria a la suya.
José
Velarde leyó unas décimas
y Manuel de Palacios unas quintillas; pero con ser buenas unas y otras, aventajaron
a todas en éxito las magnificas estrofas de Manuel Fernández y González, leídas
con singular acierto por un joven ateneísta, el Sr. Fernández Shaw.
El homenaje en suma a la memoria del sabido profesor, fue
digno de él, digno del Ateneo y digno de España.
martes, 22 de octubre de 2024
A S. A. R. la Infanta Mercedes de Orleáns
A S. A. R. LA INFANTA
DOÑA MERCEDES DE ORLEÁNS
CON MOTIVO DE SU BODA
De esmeraldas, diamantes y rubíes
Te ofrecerán espléndido atavío;
Y yo tan sólo lirios, alelíes,
Purpúreas rosas, campesinas flores
Aun bañadas de gotas de rocío,
Donde la luz se quiebra en más cambiante,
Y vividos colores
Que en ópalos, zafiros y diamantes.
En vez del esmaltado pebetero
Donde arde rica esencia, del romero
Que recogí en el monte y del tomillo
Te traigo un hacecillo,
Que te envuelva al arder en mil cendales
Perfumados y azules;
Que en medio de sus blancas espirales
Parecerás un ángel entre tules.
Y por ser, aunque rica, muy pesada
Corona de oro de diamantes llena,
Traigo, para adornar tu sien nevada,
Una de verde mirto y verbena
Por pastoriles manos fabricada.
jueves, 17 de octubre de 2024
Velada para honrar la memoria de José Velarde
En otra sección de este número nos ocupamos de la brillante velada celebrada anoche en el Ateneo para honrar la memoria del insigne y y malogrado poeta don José Velarde, y con tal motivo, hacemos referencia el espléndido donativo que el ilustre marqués de Comillas ha hecho a la familia del inolvidable vate.
El acto realizado por el dignísimo heredero de D. Antonio López, ha merecido los más unánimes elogios, y es una prueba más del interés con que el noble marqués de Comillas atiende a reparar muchos infortunios, siguiendo siempre los nobilísimos impulsos de su corazón.
La Correspondencia de España : diario universal de noticias: Año XLIII Número 12401 - 1892 marzo 20
viernes, 11 de octubre de 2024
sábado, 5 de octubre de 2024
A Teodoro Guerrero
¿La cuestión del divorcio no te hastía?
Ven a mi hogar, verás como despierta
Tu espíritu apenado a la alegría.
El ángel de la paz guarda la puerta:
No llames a ella, no, que ya la tiene
La vigilancia del amor abierta.
Ella, al abrir, el paso me detiene,
Y de ella en pos, gritando y sonriendo,
La alegre turba de mis hijos viene.
Uno, amigo de escándalo y estruendo
Con una cuerda mi bastón embrida
Y en tan bravo corcel sale corriendo.
Otro emprende a mi cuello la subida
Y me besa con ansia, y palmotea
Después de la victoria conseguida.
Aquél, que ni mi nombre balbucea,
Ni en pie se tiene, de su madre en brazos
Por venirse a los míos forcejea,
Y ella, nudo común de tantos lazos,
Entre todos, benéfica, reparte
Dulces sonrisas, ósculos y abrazos.
Confabulada en silencioso aparte,
¡Ah, no te rías! Me declara guerra
La turba, ardiendo en el furor de Marte,
Y a mis ropas, belígera, se aferra,
Y tal lucha, que al cabo da conmigo
Y con mi grave autoridad en tierra.
¿Cómo, di, de sus brazos me desligo
Si son cadenas para mis flores,
¿Y cómo, recobrándome, les digo
Que cesen en sus risas y clamores,
Si al oírlos, de júbilo desmayo,
Creyéndome que cantan ruiseñores?
Parece que viveza les dio el rayo;
El brote tierno la salud y el brío;
Color la adelfa, que florece en mayo,
Y que su aliento refresco el rocío,
Y endulzaron sus labios los panales,
Y encendió sus miradas el estío.
Cuando, rendidos en batallas tales,
Sus párpados de rosa cierra el sueño,
Y los sume en arrobos celestiales,
Y el ángel de la paz va con empeño
Luces y ecos dejando adormecidos
Con sus alas cargadas de beleño,
Sonámbulo de dicha mis sentidos,
Embriagados quizá, por doquier hallan
Orgías de colores y sonidos,
Aromas vivos que entre sí batallan,
Chispas que incendian rayos que iluminan
Ondas que bullen, pájaros que trinan,
Alas que zumban, ósculos que estallan.
José Velarde
Esta carta, es la parte IV, del poema: Mis Amores, con algunos pequeños cambios.
Fuente; Biblioteca Nacional de España.
Gracias a Rafael Coca, por conseguirme la copia de este magnifico manuscrito.
viernes, 4 de octubre de 2024
sábado, 28 de septiembre de 2024
sábado, 14 de septiembre de 2024
Cuadro de Familia
CUADRO DE FAMILIAAl poner en tu hogar el pensamiento
Ó del mío aplacerme en la dulzura
El corazón regenerado siento,
Y en himnos mis clamores de amargura
Se truecan, y mis roncas carcajadas
En ahogados sollozos de ternura.
Las nubes en mi mente condensadas
Y los dolores en mi pecho fijos
Cual hiedras en los muros arraigadas,
¿Qué son ante los puros regocijos
Que me brinda el hogar, donde me espera
La santa madre de mis tiernos hijos?
¡Bien haya la bendita compañera
Que de mi vida, con su fé amorosa,
Perpetúa la alegre primavera,
La musa fiel, la estrella luminosa
Que me guía en mi vuelo á lo infinito.
Más que el sol pura, como el sol hermosa!
¡Bien haya la que llamas en tu escrito
Alegre turba de mis hijos bellos,
Aves y flores de mi hogar bendito!
¡Lucir miro en la madre los destellos
Que le prestan sus hijos, y el tesoro
De las belleza de su madre en ellos!
¿Que soy pobre? ¡Qué importa! ¿Acaso ignora
Que el dorado metal desconocía
La edad dichosa que llamamos de oro?
Si el social espectáculo te hastía,
Ven á mi hogar, verás cómo despierta
Tu espíritu apenado á la alegría.
El ángel de la paz guarda la puerta:
No llames á ella, no, que ya la tiene
La vigilancia del amor abierta.
Ella al abrir, el paso me detiene,
Y de ella en pos gritando y sonriendo
La alegre turba de mis hijos viene.
Uno, amigo de escándalo y estruendo,
Con una cuerda mi bastón embrida
Y en tan bravo corcel sale corriendo;
Otro emprende á mi cuello la subida
Y me besa con ansia, y palmetea
Después de la victoria conseguida;
Aquel, que ni mi nombre balbucea
Ni en pié se tiene, de su madre en brazos
Por venirse á los míos forcejea.
Y ella, nudo común de tantos lazos,
Entre todos, benéfica, reparte
Dulces sonrisas, ósculos y abrazos.
Confabulada en silencioso aparte,
¡Ah, no te rías! me declara guerra
La turba ardiendo en el furor de Marte,
Y á mis ropas, belígera se aferra,
Y tal lucha, que al cabo da conmigo
Y con mi grave autoridad en tierra.
¿Cómo, di, de sus brazos me desligo
Si son cadenas para mí de flores,
Y cómo, recobrándome, les digo
Que cesen en sus risas y clamores
Si al oírlos, de júbilo desmayo,
Creyéndome que cantan ruiseñores?
Parece que viveza les dio el rayo,
El brote tierno la salud y el brío,
Color la adelfa que florece en Mayo,
Y que su aliento refrescó el rocío,
Y endulzaron sus labios los panales
Y encendió sus miradas el estío.
Cuando, rendidos en batallas tales,
Sus párpados de rosa cierra el sueño
Y les sume en arrobos celestiales,
Y el ángel de la paz va con empeño
Luces y ecos dejando adormecidos
Con sus alas cargadas de beleño,
Sonámbulos de dicha mis sentidos.
Embriagados quizás, por doquier hallan
Orgías de colores y sonidos, v
Aromas vivos que entre sí batallan,
Ondas que bullen, pájaros que trinan,
Alas que zumban, ósculos que estallan.
Madrid, Julio, 1883.
(i) Fragmento de una carta titulada «Mis Amores,» dirigida al poeta Cavestany