sábado, 1 de abril de 2023

José Velarde, un escritor desterrado en el olvido

Dos siglos después de la muerte del autor conileño, renacen con fuerza en la localidad los intentos por rescatar su vida y trayectoria.

CRISTOBAL RAMIREZ

Conil.

Pepe lleva más de tres años respirando el olor añejo de una decena de libros amarillentos. Cuando los pone encima de su mesa para comenzar a leerlos una sonrisa de satisfacción se dibuja en su rostro. Se sumerge en sus libros antiguos con el ánimo de quien descubre algo nuevo. Este conileño reconoce haber sido siempre un entusiasta de la cultura de su pueblo, pero nunca creyó que pudiera adquirir un compromiso tan acérrimo: se ha consagrado a la tarea de recabar información sobre el escritor José Velarde.

            El nombre de una calle es el único legado que José Velarde ha dejado en la localidad que le vio nacer. De la casa donde nació no hay ninguna pista. Pepe se atreva a aventurar algunas hipótesis: “Se que quizás nació en la calle José Tomas Borrego, conocida como la del peñón, y que se mudó a una casa situada en la via que actualmente lleva su nombre”. De todas formas nada es seguro. Ni siquiera se sabe con certeza el lugar donde fue sepultado, aunque murió en Madrid “Ese es el tema que voy a investigar próximamente “, anuncia. Son muchas las incógnitas que acechan la figura de Velarde.

            Pero ahí están algunas voces que pugnan por el reconocimiento definitivo de este literato. Comienzan a cambiar las cosas. Esa lucha es la que libra José Luis Rubio, antiguo concejal de Cultura en el Ayuntamiento de Conil y miembro del colectivo Raíces Conileñas. A este activista del bastión de la cultura ya le rondaban por la cabeza los poemas de Velarde hace doce años. En 1992 se cumplió el centenario de su muerte. Pasó desapercibido, como toda su obra. Pero Rubio y un grupo de aficionados a la poesía, aglutinados en torno a la revista Azahar, se propusieron desempolvar la vida y la obra de Velarde. Dicho y hecho: le rindieron tributo con una publicación en la que se incluían información biográfica y algunos poemas. “No se hizo más por falta de tiempo y datos”, reconoce.

            Rubio tiene ahora centrada su mirada en la recopilación de los poemas de Velarde, que cuenta con la colaboración de la Caja San Fernando y el consistorio conileño. Se trata de las poesías líricas que forman parte de la obra poética publicada en 1900 en París. Con ello se pretende arrojar un poco de luz sobre el escritor.

    Aniversario

    En 1992 se cumplió el centenario de la muerte de este creador. la efeméride pasó desapercibida

            Pero ¿por qué existen tantas sombras sobre al rededor de José Velarde? Rubio se escuda bajo una máxima: “El siglo XIX es una época muy oscura, con escasa documentación, incluso para autores tan conocidos como Zorrilla”. La publicación de los poemas verá la luz dentro de pocos meses. De momento, Rubio ya tiene preparado el prólogo, en el que resalta la profunda vocación literaria de Velarde.

            “Tenemos que hacer algo para que ese poeta sea conocido por todos los conileños”, reivindica Pepe. Su objetivo inicial era transcribir por ordenador la mayor parte de la obra de Velarde para pasar a repartirla entre sus familiares, conocidos y los colegios de la localidad. “¿Por qué los profesores no pueden leer a sus alumnos, aunque sea un día, algunos poemas de este escritor?, inquiere dolido. Al principio no imaginaba que no podría contener sus ansias por investigar. Ahora no puede parar.

            No solo de poesías líricas se alimenta la producción literaria de este escritor conileño. A Pepe se le ilumina la cara cuando muestra sus obras en prosa. Como Toros y Chimborazos, que conforma un conglomerado de cartas escritas a un amigo. José Navarrete, en las que propugna las corridas “Navarrete le debió contestar en un diario”, apunta Pepe. Tampoco es seguro: otra incógnita sobre la figura de Velarde.

            Sin duda, lo que más emociona a este estudioso es cada una de las menciones a Conil con las que el literato salpica su obra. Así Teodomiro o la cueva del Cristo, una leyenda medieval que versa sobre las invasiones musulmanas, está dedicada a su patria chica. “Es seguro que para el poema titulado A orillas del mar Velarde se inspiró en Conil”, apunta Pepe. Y acto seguido, lee alguno de los varsos que mejor apoyan esta presunción: “roncas olas del mar, zambulléndose en las olas”. Y recita con orgullo: “ Hay frente al moro una aldea/ a la mar tan inmediata/ que en las olas se retrata/ cuando crece la marea”. O también: “Mirando al mar y viéndose en el rio/ las hora en que lo alza la marea/ al fin del pueblo entre feraz plantío/ una humilde casa blanquea”.

            Pepe le saca punta a todos los documentos y libros que lee. Explica que el poeta conileño escribió el preámbulo de una obra de la escritora Blanca de los Rios donde se reconoce un autor de poco renombre y asegura que la poesía perdurará mientras exista el poeta. En la introducción de un librito sobre las poesías liricas de Velarde, el escritor Emilio Gacó Contell afirma que el poeta conileño nació, como Bécquer, en Sevilla. ¿Por qué contradice Gacó todos los demás documento? Pepe se echa a reír: solo es una anécdota que no logra demoler la certidumbre de que Conil es la patria chica de Velarde.

Dar las gracias a Ignacio Perez por regalarme esta hoja del diario de Cádiz del Dom. 5 se Sept. de 2004

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