El joven poeta fue entusiastamente aplaudido y con ardoroso cariño felicitado por el distinguido auditorio que asistió a la velada literaria del Ateneo.
Foto: Pepe Oportiums.
Fuente: Biblioteca virtual de prensa historica
El joven poeta fue entusiastamente aplaudido y con ardoroso cariño felicitado por el distinguido auditorio que asistió a la velada literaria del Ateneo.
En “Las Novedades” de Nueva York vemos que, para llenar la vacante que existe en la Real Academia Española, con motivo de la muerte del duque de Villahermosa, hay varias candidaturas, entre otras las de los acreditados poetas D: Manuel Palacio y D. José Velarde.
Fuente: Internet Archive.
8.º de 366 págs., hol. Forma parte de la <<Colección de Escritores Castellanos Líricos>>.
Contiene
esta edición muchas de las composiciones poéticas que figuran en el artículo
anterior, con más algunos poemas.
Meditación ante
unas ruinas, poema, La poesía y el poeta. Sexta edición.
Madrid: impr. de
Enrique Rubiños, 1889
8.º mayor de 32 págs., rúst.. el poema figura en el primer artículo de este autor y la segunda obrita no.
Fuente: Internet Archive
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Foto: Antonio Leal |
Lo primero de que nos creemos obligados a tratar es
de La Fuga, canto 3º del poema Alegría, original de D. José Velarde.
Supuesto que nuestros lectores habrán leído los
cantos que antecedieron, no hay para que entrar en el examen general de la
obra, debiendo limitarnos al juicio que
La Fuga nos merezca.
Cine
Mundial
Crónica
de México
“Confesión trágica “. Por conducto de Germán Camus y Cía., la Colonial Film ha presentado con el título de este párrafo su primera cinta, basada en el poema “Fray Juan”, de José Velarde.
Seguramente que extrañará a todo el que conozca esa
obra que con ella pueda llenarse una cinta en seis rollos, sin recurrir a las
interminables series de paisajes que en algunas ocasiones, y escudándose en la
palabra arte, que tantos significados tiene, nos regalan ciertos productores…
especialmente mejicanos…
“Confesión trágica”, con todo y ser
esencialmente descriptivo su argumento, tiene un desarrollo que ni admira ni
aburre. Cierto: sus escenas son lentas; pero tan propias, tan comprendidas que,
si la pobreza fuese menor, no podría censurarse. Nuestro aplauso al director.
Sin querer hemos tocado el defecto
central: la pobreza. En ella hubiera naufragado esta película a no socorrerla
con sus bellezas arquitectónicas el convento de Tepozotlán, donde fue filmada
en su mayor parte.
La interpretación es lo más
discutible: muy tímida, muy reposada; tanto, que no es cinematográfica; sobre
todo en la parte del personaje principal, José Manuel Ramos, que quizá viva su
personaje para sí y no para el público; o lo que es igual; sea un artista y no
un actor. Su trabajo ha sido un poco pobre, sin la gallardía necesaria. Donde
el poeta dice:
le
vimos, si, rendido; mas sin el arranque necesario y desesperado.
Alberto Fuentes, en cambio, bordó su parte; bien pueden perdonarse algunas puntadas de su inexperta aguja.
Acabamos
de leer Schopenhauer, señores; y aunque sin que el filosofo teutón nos haya
convencido, siempre respiramos algo de él; además de elegancia ordena, diría
Vargas Vila, romper formulas; he aquí por qué, aunque resulte algo cursi,
hablamos al fin de María Luisa Férriz,
en fin, una “Clara” ideal, si bien con los mismos defectos que el señor Ramos; demasiado muerta en la escena final… sobre todo…
Fuente: Internet Archive
Dos siglos después de la muerte del autor conileño, renacen con fuerza en la localidad los intentos por rescatar su vida y trayectoria.
CRISTOBAL RAMIREZ
Conil.
Pepe lleva más de tres años respirando el olor añejo de una decena de libros amarillentos. Cuando los pone encima de su mesa para comenzar a leerlos una sonrisa de satisfacción se dibuja en su rostro. Se sumerge en sus libros antiguos con el ánimo de quien descubre algo nuevo. Este conileño reconoce haber sido siempre un entusiasta de la cultura de su pueblo, pero nunca creyó que pudiera adquirir un compromiso tan acérrimo: se ha consagrado a la tarea de recabar información sobre el escritor José Velarde.
El nombre de una calle es el único legado que José Velarde ha dejado en la localidad que le vio nacer. De la casa donde nació no hay ninguna pista. Pepe se atreva a aventurar algunas hipótesis: “Se que quizás nació en la calle José Tomas Borrego, conocida como la del peñón, y que se mudó a una casa situada en la via que actualmente lleva su nombre”. De todas formas nada es seguro. Ni siquiera se sabe con certeza el lugar donde fue sepultado, aunque murió en Madrid “Ese es el tema que voy a investigar próximamente “, anuncia. Son muchas las incógnitas que acechan la figura de Velarde.