lunes, 27 de marzo de 2023

Poema dedicado a Velarde por Salvador Rueda



El vino de Málaga

 

Si deslumbrados por el terso brillo

De las copas radiantes donde tiembla

Refugiada la luz; si entusiasmados

Del vino ante la clara trasparencia

Vieron del Manzanilla en los cristales

La sevillana y clásica belleza;

En el Borgoña los antiguos cuentos;

En el Champagne la resonante fiesta;

              En el Falerno báquicos festines;

En el Chipre los cánticos de Grecia;

En el Rhin las fantásticas baladas

Y en el Jerez los timbres de guerra,

Del Málaga sabroso que se oculta

En el fondo de la bodega,

Para cantar la esclarecida fama

Del arpa templo las sonoras cuerdas.

 

              En el suelo feraz en que apacible

El Guadalhorce extiende riberas;

Donde es del sol cada impalpable rayo

La vida rota en luminosas hebras;

Donde enjambre de pájaros cantores

En arpegios y trinos se contestan

Y desliza la mar olas de raso

Que se transforman, el quebrarse, en perlas,

La vid sus brazos con amor levanta

Donde racimos trasparentes cuelgan,

              Sobre los cuales, cuando tiernas crecen

Y luego encubren la rugosa cepa,

Del aire al soplo, temblorosas fingen

Las verdes hojas esmeraldas trémulas.

 

En aquel suelo en que, al andar, no hay modo

De no ir pisando sobre flores bellas,

El Málaga circula por las vides

Como mundo raudal bajo la tierra.

¡Ved! Trasportados los racimos claros

A la pesada y vigorosa prensa,

¡Cien torrentes de vida les arranca

El lento caminar de cada pieza!

Despéñanse los chorros de los cántaros

Como aurífera cintas espumean;

Trasládanse a los senos en que duermen;

Fermentan en las lóbregas bodegas,

Y son, al paso que los años lentos

Sobre sus ejes de diamante ruedan,

¡Licor luciente que supera al Chipre,

Que añade gloria a la triunfante Grecia!

 

El color de la púrpura de Tiro

Refleja en su cristal; su grata esencia,

Envidia de ls rosas orientales,

En el alma, suavísima penetra;

Él enciende el valor del heroísmo

Y engendra sin cesar mundos de ideas;

Alienta en él la vida en cada gota;

En él la inspiración bebe el poeta,

Y en la copa radiante encarcelado,

Cristalino y diáfano semeja

Disolución brillante de rubíes

Donde reflejos irisados tiemblan.

 

Arda en el vaso el transparente vino;

El entusiasmo inflame nuestras venas,

Y brindando gozosos por mi patria,

¡Llenad la copa, y que los labios beban!

 

 



Fuente: Internet Archive

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