miércoles, 29 de marzo de 2023

Crónica del Cine Mudo Mexicano


Conocedores de las precarias condiciones en las que se hacía cine en México, de que la indiferencia e injusticia que rodeaba todo esfuerzo en ese sentido eran cuestiones de prestigio, de envidias y habladurías, se propusieron ejecutar su trabajo sin importarlos medios insuficientes. Nadie cobraría nada y la película debería de llevarse a cabo con 3 ó 4 mil pesos de presupuesto, mismo que aportó espontáneamente Javier Frias Beltran, haciéndose todo con localizaciones en Tepozotlán. El argumento, que adaptaría Ramos, estaba basado en el manoseado poema Fray Juan, del prolífico español José Velarde, una ampulosa pieza para declamadores capaz de despertar piadosa emoción en cualquier juego floral. Las oscuras intenciones “artísticas” que se traían entre manos Ramos, González y Cía. fueron claramente detectadas por Silvestre Bonnar, quien no dudó en afirmar que se trataba de “una obra de arte en tono menor”, asonbrándole de paso que hubiera podido salir adelante con el compromiso; “porque regularmente bohemios no tienen espíritu de empresa aún cuando poseen el espíritu creador. Cuando Colonial tenga un poco de dinero entonces veremos cosas notables, así, verdaderamente notables”. Por el momento. Bonard pedía conformarse con Tepeyac y Confesión trágica (“que está hecha con más carácter”), confiando en que gustaría a los intelectuales de México aunque dudaba “si el gran publico” pudiera comprenderla

Fuente: Internet Archive

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