Ya nada más tengo que decirle a usted sino que me separé de Fres del Val, bajo la impresión de cuyos recuerdos escribo, murmurando unos versos de José Velarde que, si no estoy desmemoriado, escribió a estas mismas ruinas, objeto de mis cartas:
Yo estático miraba
con asombro,
Pues hallo en cuanto miro algún misterio,
Una fábrica alzar con el escombro
De un viejo y derruido monasterio.
Cada golpe brutal de la piqueta,
Que del musgoso y agrietado muro
Desmoronaba el lienzo mal seguro,
Con mi alma de poeta
Hallaba un eco como golpe el duro.
Supongo que recordará esos versos. Usted conoció al autor. Era hombre de alma noble, á quien sus contemporáneos no han dado el puesto que en justicia le corresponde como poeta. Ya se lo dará la posteridad, que espero haga justicia á muchos, a quienes hoy no se hace.
Fuente: Internet Archive
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