Don Crispín : semanario satírico, incoloro e inodoro: Año II Número 17 - 1911 Abril 09
Cuento
El primero de Noviembre,
festividad de los
muertos,
fue a rezar una señora
por su esposo, al
cementerio.
Apenas hubo llegado,
arrodillóse en el suelo
al pie de la sepultura
en donde yacen lo restos
de su muy querido cónyuge,
y rezó diez
padresnuestros
veintitrés avemarías
y treinta o cuarenta
credos.
Al poco vio, que una
nube
de un humo bastante
denso
de aquella tumba salía,
y se iba formando un
cuerpo
de una persona. Dio un
grito
la señora.
-¡Este es mi Pedro!
-exclamó al ver la figura.
-Si, mujer,- la dijo el
muerto-
soy aquel que fue tu esposo
y que he dejado mi lecho
para verte, ya que tu
has venido al cementerio.
-¿Y dime, como te
encuentras?
-Perfectamente me
encuentro.
-¡Entonces, donde te
hallas?
- A ver si aciertas.
- Pedro
¿Estás mejor que conmigo?
-¿Qué contigo? ¡Ya lo
creo!
-Entonces, seguramente,
te encontrarás en el Cielo
-No tanto, mujer, no tanto
-¿ En el Purgatorio?
-Menos
-Entonces debes estar en
el limbo?
-¡¡En el Infierno!!
José Velarde
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