Punto de cruz Nina Gil
A la memoria de José VelardeSu recuerdo al evocar
Honda tristeza me abruma,
Pues no me acierto a explicar
Si lo que hacía su pluma
Era escribir o pintar.
En sus versos se veía
Del prado la verde alfombra,
¡El sol, era un sol que ardía;
Los árboles daban sombra,
Y el arroyo se movía!
Pintor el más expresivo,
No encuentra quien le aventaje
En lo franco y descriptivo;
¡Cada verso, un tono vivo!
¡Cada poema un paisaje!
¡Arroyo murmurador
Y fuente de la espesura,
Llorad por vuestro cantor
Y regad su sepultura
Con las perlas del dolor!
Ya a los pobres ruiseñores
A eterno silencio obliga;
Deja el prado sin verdores,
Sin oro la rubia espiga
Y sin perfume las flores.
Ya no oiré cuando sestea
Como el pastor canturrea,
Ni se oirá en concierto extraño
La campana de la aldea
Y la esquila del rebaño.
La alondra, al dormirse ahora,
Bajo el ala protectora
Ocultará triste llanto,
Y soñando con su canto
Se olvidará de la aurora.
Buen padre y esposo fiel,
La muerte negra y cruel
Ni le turba ni le inquieta,
¡No ha muerto solo el poeta!...
¡Ha muerto un ángel con el!
Ángel que al tender el vuelo
Que el diría imagino:
-¡Ven, padre!... huyamos del suelo,
Y ya que subes al cielo
Yo ten enseñaré el camino.-
Dejar la mundana escoria
Y volar sin rumbo fijo,
Es una diadema ilusoria;
Pero al entrar con un hijo
En la gloria…. ¿qué más gloria?
La muerte en el mismo día
Los unió en la sepultura.
El ángel sirvió de guía,
Y con su manita fría
Le señalaba la altura.
¡En un alma confundidos
Vuelan dos muertos queridos,
Y besándose los dos,
Ángel y poeta unidos
Llegan al trono de dios
José Jackson Veyan
Esto versos de José Jackson se publicaron en la Ilustración Española y Americana el 8 de Marzo de 1982 junto a una carta a D. Antonio Canovas este es el enlace
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