Recorte de prensa enviado por D, Jorge Ortega Velarde
Tiempo hacía que estaba muy quebrada la salud del inspirado autor de Fray Juan; pero, aún hace poco, nada hacia temer su próximo fin.
La muerte, no obstante, le ha arrebatado en plenitud de la vida, rodeando sus últimos instantes de circunstancias muy tristes, que aún hacen doblemente sensible su pérdida
Era Velarde natural de Conil, provincia de Cádiz, y bien reflejaba en su temperamento poético su origen meridional. Cursó la facultad de medicina en aquella ciudad, y pasó después á Sevilla, donde vivió algunos años.
Cuando vino, más adelante, a Madrid, había renunciado por completo al ejercicio de su carrera, y hallábase dedicado enteramente al cultivo de las letras.
Pronto adquirió en esta corte merecida fama. Sus veladas en el Ateneo proporcionaronle varios ruidosos triunfos, y desde luego adquirió gran número de lectores en España y en América.
Ni el espacio ni la premura con que escribimos estas lineas nos permiten ahora intentar el estudio que la obra literaria de Velarde merece.
Verdad es que en los principios de su carrera literaria se resentían sus composiciones acaso de la influencia que ejercían á la sazón, y aún ejercen, la inspiración y el estilo de Nuñez de Arce, como en años anteriores produjeron análogos efectos las Rimas de Becquer; pero no es menos exacto que luego adquirió Velarde notoria personalidad, revelando excelentes facultades como poeta descriptivo principalmente, y como versificador fácil, gallardo y brillante.
En sus tomos de poesias hay composiciones tan bellas como las célebres décimas A Dios, y su canto á la inundación de Murcia, por ejemplo. Sus poemas y leyendas Meditación ante unas ruinas, Fray Juan, Fernando de Laredo, La niña de Gomez Arias, El ultimo beso, El capitán García, La velada, La venganza y Alegría, son notables en general, y abundan en descripciones, imágenes y estrofas de verdadero mérito.
También escribió, en colaboración con el señor Cabestany, un drama en tres actos titulado Pedro el Bastardo, que se representó con éxito en el Teatro Español.
Velarde era persona de gran ilustración y trato muy ameno; leal y constante en sus afecciones como quien más.
Tenía muchos y buenos amigos. su muerte ha sido muy sentida, y merecía serlo.
Su madre vive aún. deja además en amargo duelo a su viuda y siete hijos. ¡Dios dé á su alma la paz por que tanto luchó en este mundo!