Conil 1958 el rio y la fuente nueva
13Zaragoza, 26 mayo [1883]
Mi querido Velarde: no me atreví a escribir a V. la repulsa de Jovellar, que me dijo que había pedido ya los que debían llevar y sólo en el caso de fallecimiento o renuncia de alguno podría ocupar su puesto nuestro recomendado. Que él se lo escribiría desde allá al Ministro de la guerra cuando llegara, y como no ha llegado en estado de escribir me parece que su promesa está escrita en la estela del buque que le ha llevado. Ya le dije a V. que el General había cambiado mucho conmigo desde que trajo a don Alfonso. No he podido hacer más: se llevó una nota mía, su carta de V. a mi, y otra nota que él puso delante de mí al margen de la mía.
No necesito yo que V. me diga que se alegra de mi bien, pero no se alegre V. por mi pensión ni por mi coronación, que tiene las noventa y nueve contra las ciento de no realizarse. Hay por Madrid, y sobre todo por su alta atmosfera, un viento contrario al autor de don Juan, y verá V. cómo la pensión no se concede antes de cerrarse la legislatura, y una vez cerrada quedaremos como hace seis años. Lo de la coronación tampoco se realizará sino en el caso en que el coronador sea el Alcalde constitucional, representante del pueblo. En Valladolid no empezaré a cobrar hasta julio, y sé que ya se trata en el Ministerio de estado de suprimirme los cien duros de Roma, so pretexto de que ya el gobierno me los va ha dar por otra parte.
Con que en vista de esto he hecho como Don Quijote mi tercera salida, a enseñarme por las provincias para que vean que aún vivo, y a ganarme, como un saltimbanqui o un sacamuelas, exhibiéndome por los teatros por un puñado de pesetas que me ayuden a pasar el verano y a llevar a los baños a mi mujer que los necesita. Ya que por arriba no puedo conseguir nada, me he echado a pedir limosna al pueblo para quien he escrito y por todas partes me recibe como su padre al hijo pródigo, con los brazos abiertos. Algo es algo y aún no he muerto yo en España. ¿Quién sabe?
Esta es la situación, una prueba de que el gobierno me deja pedir limosna y que el pueblo me la da con gusto, de lo cual deduzco que yo soy el poeta del pueblo, no hay en esto deshonra alguna. Con que ¡a vivir! Y a querernos mucho. No sé dónde voy desde aquí, pero iré a todas las provincias que me quieran oír: como [Narsés] y Belisario, Pepe.
Boletín de la Real Academia Española Tomo LXXXVIII Cuaderno CCXVIII Julio-Diciembre de 2008
Cartas de José Zorrilla al poeta José Velarde (1881-1891).
Marta Palenque
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