La niña de la fuente (Cubiles)
A un niño dormidoTe has dormido al blando arrullo
De dulcísimos cantares,
Y el sueño pone en tus labios
Una sonrisa inefable.
¿Qué sueñas, que así sonríes
Y así agitas en el aire
Los jazmines sonrosados
De tus manecitas suaves?
¿Qué sueñas, si en tu memoria
No hay la huella de una imagen,
Ni han conmovido tu pecho
Alegrías ni pesares?
¿Adónde los brazos débiles
Tiendes, niño, si aún no saben
Abrirse a Dios en la súplica,
Ni al ser amado enlazarse?