Juan Pedro Narvaez
A mi amigo el poeta José Velarde
Feliz te escribo, de mi dicha cierto,
Al arribar, al fin, ¡Oh dulce amigo!
Del santo hogar al suspirado puerto.
En él mi suerte está; yo lo bendigo:
¡Bien hallada la costa que me espera
Brindándome al llegar calma y abrigo,
Para formar mi nido en su ribera,
Como el ave en la selva florecida,
Al lado de mi dulce compañera,
Ya tiene empleo mi agitada vida
En la paz de este hogar; paz venturosa,
Cuanto más ignorada, más querida;
Donde el cansado espíritu reposa
Sin la sed de ambición rebelde y brava
Que en la lucha del siglo nos acosa.
Rompa el orgullo del deber la traba
Y arrastre al hombre con soberbio anhelo
Por una senda , del error esclava,