sábado, 29 de septiembre de 2012

José Jackson Veyan

Punto de cruz Nina Gil
A la memoria de José Velarde

Su recuerdo al evocar
Honda tristeza me abruma,
Pues no me acierto a explicar
Si lo que hacía su pluma
Era escribir o pintar.

En sus versos se veía
Del prado la verde alfombra,
¡El sol, era un sol que ardía;
Los árboles daban sombra,
Y el arroyo se movía!

Pintor el más expresivo,
No encuentra quien le aventaje
En lo franco y descriptivo;
¡Cada verso, un tono vivo!
¡Cada poema un paisaje!

miércoles, 12 de septiembre de 2012

La Era

Mis tres amores
La Era

A . JUAN PEDRO DE AMAYA, POETA ESPONTÁNEO Y HONRADO LABRADOR.

I

Saliendo de sus hogares,
Más que el sol madrugadores,
Los honrados labradores
Entonan dulces cantares.
¡Cuan exentos de pesares
Por esos senderos van!
No hay en sus almas afán,
Sus músculos son de hierro,
Y cada cual tiene un perro
Y parte con el su pan.

II

El gañan los bueyes flojos
Unce al carro, que rechina
Bajo el peso de la hacina
Hollando secos rastrojos.
Deshecho el haz en manojos
Es alfombra de la era,
Y una banda vocinglera
De pajarillos escarba
Y se revuelca en la parva
Y del grano se apodera.

III

No pudiendo respirar
El aliento del estío,
Echado en lugar sombrío
Se ve al perro ijadear.
Hora es ya, pues, de trillar,
Y la indómita cuadriga,
Que el fiero látigo hostiga,
Da vueltas apresurada
Y su herradura dentada
Va desgranando la espiga.

IV

Despierta el viento dormido
Cuando el sol, con lento paso,
Va declinando al ocaso,
De rojas nubes seguido.
Dejando el grano crecido
Lleva la paja ligero;
Se echa el trigo en el arnero,
Sale limpio como el oro,
Y el carro lleva el tesoro
De las eras al granero.

V

Terminada la faena,
Van los hijos del trabajo
A sentarse ante el dornajo
Que el fresco gazpacho llena;
Y mientras dura la cena
Dice cuentos un zagal,
O bien un viejo formal,
Que combatió en la facción,
Hace horrible relación
De una batalla campal.

VI

Desde la fronda vecina
Arrulla los ruiseñores
El sueño a los labradores
Que duermen sobre la hacina.
La luna el cuadro ilumina
Remontándose en la esfera,
Y de la noche no altera
El silencio otro clamor
Que el del perro labrador
Vigilante de la era.

(Inédita) José Velarde

Este poema se publicó en la Ilustracion Española y Americana el 8 de Noviembre de 1982