viernes, 20 de enero de 2012

La Ilustración Española y Americana

D. José Velarde distinguido poeta y colaborador de esta Revista.

Dicho queda en la Crónica general del numero presedente que nuestro queridísimo amigo el brillante poeta D. José Velarde murió en esta capital el día 22 de Febrero próximo pasado, a poco de cumplir la edad de cuarenta y tres años, pues había nacido en Conil (Cádiz), el 11 de Febrero de 1849.
Damos el retrato del malogrado poeta en la pag. 144
¡Pobre Velarde! fue tan desdichado, que pocos supieron apreciarle en lo que valía como hombre y como poeta, y acaso la única nota consoladora de su vida literaria era nuestra Revista, a la que él llamaba mi querida Ilustración; publicamos su primera y magnífica poesía Ante un crucifijo en el año 1877 (segundo semestre, pag 323), y pocos días antes de rendir su noble espíritu al Supremo Hacedor nos enviaba el canto V del poema Alegría, seguramente su última composición poética, y la donosísima Carta jocosa que dirigió, cuatro años hace, al Excmo, Sr. D. Antonio Cánovas del Castillo, dedicándole, como regalo de boda, aquel hermoso poema.
¿TeníaVelarde, cuando nos remitió esa Carta jocosa, presentimiento de su próximo fin, como si hubiera sentido en el alma el dedo de la implacable muerte? Porque hoy llega, desgraciadamente, la ocasión de publicarla, ya que  el mismo vate la guardó inédita por espacio de tanto tiempo; está dirigida al varón ilustre que es Jefe del Gobierno, y Velarde ha muerto pobre, acompañándole al sepulcro el menor de sus hijos, y dejando en el mayor desamparo a seis huérfanitos y una viuda inconsolable. ¿Qué no hará el Sr. Cánovas del Castillo en favor de esta angustiada familia, si hasta generosas damas de la aristocracia madrileña tratan de organizar una función de beneficio, para llevar socorros y consuelos al triste hogar del malogrado poeta?
Patio del Ayuntamiento
En la publicación periódica "La Ilustración Española y Americana" del día 8 de marzo de 1892 podrá encontrar, una carta jocosa a su amigo D. Antonio Cánovas del Castillo, en la que al parecer tenía presentimientos de su próximo fin, además puede ver un poema de otro de sus amigo, el poeta Jose Jackson Vellan que se leyó el día del entierro, por ultimo en la página siguiente encontrarás una foto hecha por Edgardo Debas.
Si deseas ver las páginas de la Ilustración Española y Americana pica aquí

martes, 17 de enero de 2012

15ª Carta de José Velarde a Luis Montoto


Madrid 23 octubre 1881
Querido Luis: no se queje V de mí.
Siempre le recuerdo y cada día le tengo en más y V. lo sabe y verá por cerciorarse de ello sí que lo olvida.
Apenas recibí su carta de V. me encaminé al nº 28 de la calle de Atocha; pero la casa que lleva ese nº lo lleva solo en los establecimientos que ocupan los bajos, pues la entrada la tiene por la calle de Cañizares.
Pregunté en la portería y en los tres establecimientos y en ninguna parte me dieron razón de nuestro amigo Dn. Eloy.
Haga V. el favor pues de rectificar las señas o de ponerle un parte diciéndole que se aviste conmigo y yo tendré muchísimo placer en dejar a V. satisfecho.
He estado muy resfriado y aun me queda algo de catarro
Ahora estoy pasando unos días crueles en casa de Cavestany pues su madre está muy mala y yo soy el paño de lágrimas de aquella casa.
A Álvarez le escribí hace unos días y no he tenido contestación.
Con esta van dos cartas sin contestar. Todos sus encargos están hechos Antº sigue lo mismo y espero que me avise Izquierdo para ir a verlo.
Si el tiempo no estuviera tan malo iría a Carabanchel más a menudo; pero hago a veces el viaje y no me dejan que lo vea.
No he podido concluir aun el poemilla que tengo en planta; pero dentro de poco (si me dejan tranquilo) lo acabaré y empezaré otros trabajos que llevo en embrión en la mollera.
Adiós, amigo Luis póngame a los pies de su mujer bese a sus hijos en mi nombre y abrase a Paco encargándole que me conteste.                                                       
Para V. otro abrazo muy apretado de su amigo cariñoso
Pepe

Esta carta se conserva en la Bibliotea General de la Universidad de Sevilla

jueves, 12 de enero de 2012

Prologo del libro Esperanzas y Recuerdos de Blanca de los Rios

Poco amigo de prólogos, contraproducentes en los libros malos y casi del todo inútiles en los buenos, jamás los pedí para mis obras ni los hice para las ajenas; pero hay casos, y este es uno, en que los hallo excusables, ya que no imprescindibles.

Si es natural que todo autor, al dar a la estampa su primer libro, se procure una Minerva que lo escude, aun lo es más que busque amparo, desconfiada y ruborosa, la joven, casi niña, que lanza a los vientos de la publicidad, engarzados en forma poética, con las lucubraciones de su mente, los sentimientos de su corazón

lunes, 2 de enero de 2012

Lectura en el Ateneo

"Los Barraeros"
ATENEO

FRAY JUAN


ATENEO.- El público distinguido é ilustrado del Ateneo asistió anoche á la lectura de un precioso poema del joven y ya popular Velarde, que se titula Fray Juan. Es una muestra de esa versificación robusta, armoniosa, musical y pintoresca que caracteriza al poeta sevillano, último vástago de la fecunda escuela de Rioja y Herrera. El argumento del poema es sencillo y tierno. Un fraile, que se retira del mundo herido por un desengaño amoroso, después de encerrar bajo el tosco sayal, sin conseguir apagarla, su pasión, hállase un día en el confesionario con la mujer que encendió su alma. Pero esto no es mas que el trozo de seda sobre el que ricos bordados de oro y seda resaltan vivaces. Preciosas descripciones, que fueron muy aplaudidas, esmaltan el poema; una de las cuales fue repetida entre grandes muestras de aprobación. Como ejemplo no mas, de las bellas décimas que tiene el poema, copiamos ésta en que se describe la tranquila vida de la aldea:

En tanto escarbando el suelo
la casa el gallo atolondra:
sale del surco la alondra
cantando al alzar el vuelo.
El oscuro azul del cielo
se trueca en vivo arrebol,
mira á Oriente el girasol,
suena la esquila en el monte,
enciéndese el horizonte
y surge radiante el sol.

Fray Juan es una delicada obra de inspiración

El imparcial 25-1-1880