miércoles, 6 de abril de 2011

Pregón inaugural VII Feria del Libro José Velarde de Tesa González


PREGÓN INAUGURAL DE LA FERIA DEL LIBRO 2011 DE CONIL DE LA FRONTERA.
Mi agradecimiento y homenaje a Montserrat Sarto, maestra de maestras de fomento a la lectura en este país. Fallecida el 30 de diciembre de 2009 a los 90 años. Te recuerdo y me hace feliz saber que fuimos amigas.
Mi agradecimiento también a José Antonio Marina, filósofo, ensayista y pedagogo español, de cuyo bien hacer viene la fuente principal del discurso que nos ocupa.

 “A la gente no le gusta leer a pesar de la insistencia con que se sigue recomendando.
Entonces ¿por qué es tan importante leer? Para divertirme tengo las peliculas o la TV. Para conseguir información, los vídeos o los multimedia. Todo el mundo sabe que una imagen vale más que mil palabras. Entonces, ¿para qué gastar el tiempo leyendo libros, que es una actividad lenta, poco efectiva y, si me apuran, anticuada?
No sólo cuando estamos instruidos llegamos al placer de leer sino algo más radical: porque la inteigencia humana es una inteligencia lingüística. Sólo gracias al lenguaje podemos desarrollarla, comprender el mundo, inventar grandes cosas, convivir, aclarar nuestros sentiemientos, resolver nuestros problemas, hacer planes. Una inteligencia llena de imágenes y vacía de palabras es una inteligencia mínima, tosca, casi inútil.
Para que nuestra inteligencia sea via, flexible, perspicaz, divertida, racional, convincente, necesitamos en primer lugar, saber muchas
palabras. Ser miedoso no es lo mismo que ser cobarde. Sentir celos,no es lo mismo que amar. Ser listo no es lo mismo que ser inteligente. Podemos pasarnos de listos, pero nunca nos pasaremos de inteligentes.
Es cierto, una imagen vale más que mil palabras. En cierto sentido es irrebatible. También un olor vale más que mil palabras, y una caricia y una música y un dolor de muelas. Pero gracias a la palabra, que es un medio lento, desplegamos el significado de la percepción, que es un medio veloz. Hacen falta mil palabras para analizar una imagen. La imagen es una totalidad que nos seduce por la rapidez con que la captamos. La explicación, el razonamiento, la argumentación son frutos pausados de la palabra. Los medios audiovisuales no razonan. Su poder de persuasión va por otro lado.
La lectura nos parece más lenta que la imagen porque en la imagen lo vemos todo de golpe, mientras que el lenguaje está expuesto en líneas. Pero es precisamente al poner en líneas lo que vemos en bloques, cuando la inteligencia se desarrolla, porque entonces puede explicar las cosas, es capaz de razonar, de decidir justamente y de elaborar planes. Aquí está la gran utilidad de la lectura, que nos enseña a explicar y a explicarnos lo que somos, lo que sentimos, lo que nos ha pasado, lo que nos gustaría que sucediera. Las personas incapaces de hacerlo son inarticuladas, torpes, razonan con más dificultad, están pegadas a lo concreto, a la última imagen que les ha impresionado, les resulta difícil relacionarse con las grandes ideas de la humanidad, con sus grandes proyectos, con sus grandes sentimientos.
La imagen es contundente y presente. No nos dice nada sobre su historia y sus raíces. ¿Y por qué esto es importante? Porque sin conocer la genealogía de las cosas nos resulta muy difícil comprenderlas. Voy a ponerles un ejemplo. Imaginen que subimos por la escalera de una antigua casa. Los peldaños de madera desgastada nos llevan a una puerta vieja y de forma irregular. Podemos hacer una fotografía de ella, pero luego sería muy conveniente que nos la comenten, como en el texto de Sanchez-Ferlosio “Alfanhui”: La puerta de la pensión era oblicua por que el descansillo se vencía un poco hacia el vano de la escalera, cuando empezó a ceder por el peso, la puerta primitiva no encajaba bien con aquel marco torcido y desvencijado… por no hacer más extensa mi participación sólo decirles que para describir y comprender esa imagen se le dedicaron más de 30 lineas…”
Leer, hablar, escribir, es decir, explicar y disfrutar del mundo con palabras es una condición indispensable para desarrollar la inteligencia humana. Huir de la lectura es huir del argumento, de la razón, de la claridad, del análisis, de la capacidad de crítica. Es, en último termino, tener libertad. La ignorancia es iletrada. Esto conviene repetirlo en un momento en que estamos a punto de naufragar en la fascinación de las redes. Quien piense que conectarse con Internet supone algún progreso o entraña algún aumento de conocimiento es un memo tecnológico. En la red se encuentra sólo que se sabe leer. Los que proponen la red como una panacea están timando al personal. Es mentira que hayamos entrado en una maravillosa sociedad de la información. En todo caso hemos entrado en una “sociedad del aprendizaje”, donde saldrán a flote los que sepan aprender, los que leen más y mejor.
 La escuela, la menos la que conocemos en nuestro ambiente, se dedica primordialmente a enseñar, a impartir conocimientos. En la lectura hace falta una educación. El niño es en sí un potencial lector y necesita, para su desarrollo en este campo, una educación lectora. Si bastara la enseñanza, con todas las promociones de estudiantes que llevamos en nuestro sistema educativo, los adultos serían lectores autónomos. La realidad que tenemos nos dice que no es así, los adultos, y podemos incluir en este grupo a muchos maestros y profesores, no son lectores. Vemos que la enseñanza no es suficiente, hay que educar al niño para el descubrimiento del libro, para que piense y reflexione en lo que lee y sea esto para él una ayuda en su vida.
Podrá darse el caso de que luego, lea o no, se aficione o no a la lectura, pero estará capacitado para leer en cualquier circunstancia. Podría indicar un hecho de una actividad para que se entienda mejor: el nadar. Es importante saber nadar para hacer uso de esta habilidad, para tener consciencia que sabiendo nadar estamos capacitados para beneficiar nuestra salud, o por ayudar a alguien en un naufragio…No significa que nos dediquemos al submarinismo, pero nos complace saber que sabemos nadar y lo que ello nos aporta. Con la habilidad lectora podemos pensar lo mismo, quizás con más fundamento, porque la lectura desarrolla todas las funciones del cerebro y eso da un valor superior a cualquier otra actividad.
Mi admirado periodista y escritor, recientemente desaparecido, José Saramago, decía en una de sus convalecencias:
“Todo el mundo me dice que tengo que hacer ejercicio, que es bueno para la salud.Pero nunca he escuchado a nadie que le diga a un deportista, tienes que leer”
Deseo de todo corazón que ,cuando se acerquen a los libros que esta Feria del Libro de Conil hace posible que lleguen a sus manos, piensen que entre ellas tienen un tesoro, el más grande, las herramientas que nos han proporcionado los pensamientos, las ilusiones, la información para ser lo que somos por nacimiento: Seres libres.”

4 comentarios:

  1. Escucharlo en directo me ha emocionado. El Pregón tiene una prosa bien estructurada y muy inteligente. Hace una exposición razonada y bien hilada en defensa de la "Palabra" como herramienta del Ser Humano para elevarse por encima de la realidad actual que le rodea.
    ¡¡Chapeau!!
    Gracias por colgarlo para disfrute de tod@s los que no han podido asistir al Acto.

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  2. Fue un placer para mi, estar entre vosotros. Un abrazo.

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  3. Creo que este pregón ha movido a muchas personas a pensar una vez más sobre los múltiples valores de la lectura en nuestra sociedad, donde la prisa te empuja cada vez más hacia lo inmediato, por encima de lo reflexivo. Aunque no seamos conscientes de ello buscamos más los placeres a corto plazo aquellos que la lectura proporciona. El disfrutar de un buen libro, no sólo proporciona satisfacción a quien lee, sino que le hace crecer como persona y como ser humano crítico.

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