miércoles, 9 de febrero de 2011

4ª Carta de José Velarde a Luis Montoto

Sevilla 23 Julio [18]78
Querido Luis: sigo de un humor de perros. Nada escribo y muy poco me aprovecha lo que leo.
Mi libro aún no se ha repartido a los periódicos, según carta de ayer de Madrid.
Álvarez Espino me ha hecho un artículo que ya leerá V. cuando vuelva por aquí.
Cavestany se marchó a baños a Cádiz el sábado nos leyó a Cano y a mi en su casa el drama. El asunto es pobre pero está bien llevado, principalmente en el 2º acto que creo de mucho efecto.
El 3º me parece lánguido. Está mucho mejor versificado que “El esclavo de su culpa” y abunda en pensamientos elevados tiernos y profundos.
Tiene indudablemente muchísimo talento este chico.
Después de la lectura nos dio una opípara cena. Todo eso se ha perdido de V. la reunión comenzó a las dies y concluyó a la una de la madrugada.
El único que hizo observaciones fui yo; pero todas fueron desatendidas. No es extraño pues V. sabe que soy un crítico menos que mediano y en cuanto a literatura dramática, me encuentro en un atraso lamentable.
Cavestany volverá por aquí y entonces conocerá V. la obra. Esta se encuentra disputada por Vico, cuyas cartas he leído y por Ducarcal, es decir por Apolo y por El Español. Serios disgustos le va a costar; pues es peligroso dejar descontentos a cualquiera de estos sujetos.
Sigo yendo al café yo solito, pues Álvarez no puede por tener al dependiente fuera y los demás contertulios se han desparramado por esos mundos de Dios.
Estoy en un todo conforme con lo que me dice V. de Cano; pero tiene la cabeza dada a pájaros y trabaja muy poco.
Sigo con ahínco el curso de su bella obra y cada día voy teniendo mas deseo de conocerla.
Núñez de Arce ha mandado a Álvarez las nuevas poesías que han de ir en la 2ª edición de “Los gritos del combate”
Estas son una traducción del catalán en verso libre de “La sombra del Cesar” trabajo de V. Balaguer; un soneto a la libertad y el himno a la paz.
Me gustan mucho menos que las otras poesías del libro. Es más creo que desdicen de su reputación.
Todavía me parece que ha de pasarse V. 10 o 12 días en ese pueblo si es que quiere traerse concluido su trabajo.
Adiós, amigo mío, véngase pronto y recibe un abraso de su admirador y compañero
Pepe



 Esta carta se conserva en la Bibliotea General de la Universidad de Sevilla

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