domingo, 20 de mayo de 2012

La herencia

Madrid 26 Agosto 91

Querida Lola: No te negaré que he sufrido un tristísimo desengaño con la ultima voluntad de Papá respecto al anillo. La respeto y acepto pero lleno de dolor.
Como tu comprenderás es imposible que yo me acomode a que tu me lo cedas. Si yo lo quería era porque creía cumplir llevándolo con lo que el me había encargado. Desde el momento en que he sabido que varió de parecer, y que por tanto no era de su gusto que yo lo llevara tengo que renunciar a él. Dios nos libre de contrariar su voluntad. Sería para mí un torcedor de mi conciencia, verme con el anillo, sabiendo que no quiso que fuera mío.
Como esto era lo único que yo apetecía, porque llevándolo creía honrar su memoria, todo lo demás me es indiferente. Haga Vs lo que quieran de todo, sin pensar en mi para nada.
Mis males y las circunstancias en que estoy, hacen improbable por no decir imposible, que yo vaya a Conil en mucho tiempo. No podría resistir la vista de Vs y de la carita de mi pobre padre. Me moriría.
No se me aparta un instante del pensamiento nuestra madre infeliz a quien adoro de rodilla.
Sabes pues mi irrevocable decisión, no quiero nada, absolutamente nada. Me basta con su memoria bendita a la que rendiré el culto que se le tributa a los Santos. Dale gracias a Rafael por su carta y a Juan de la Cruz por la suya y dile que ya le escribiré mas adelante.
Dale un abrazo a Candelaria y a mama mi alma toda.
Adiós hermanita mía recibe un abrazo muy apretado de tu hermano Pepe
Muchos besos a las niñas.

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